patrimonio geológico en sabero
Valdelajo bajo la candela
Una vista nocturna por la cueva, descubierta fortuitamente hace veinte años, muestra los impresionantes tesoros geológicos que guarda.
Estalagmitas con diversas formas pueblan la cavidad.
j.m. castro | sabero
Después de veinte años desde su descubrimiento, de forma casual por los trabajos de una cantera, la Cueva de Valdelajo sigue siendo uno de los destinos turísticos favoritos del Valle de Sabero. Son miles de turistas los que se interesan por esta pequeña pero extraordinaria cavidad, desde todos los puntos de la geografía española. El Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León en Sabero, a través del programa MSM Activo, ha organizado en colaboración con la Junta Vecinal de Sahelices y el Ayuntamiento de Sabero, una ruta de senderismo que finalizará con la visita nocturna a la Cueva de Valdelajo.
La ruta será guiada por José María Escapa, técnico en gestión de recursos naturales y paisajísticos y educador e intérprete ambiental, y tendrá lugar el viernes, desde las diez de la noche en el museo, con una duración de tres horas aproximadamente. La ruta comprende una distancia de seis kilómetros, con una dificultad baja. Los participantes tendrán que realizarla llevando focos u otros elementos luminosos para alumbrarse, igual que utilizan los mineros en el interior de la mina. Los niños menores de edad deberán ir acompañados por un adulto.
La cueva de Valdelajo es una hendidura en la tierra minera del entorno de Sabero de gran valor geológico. En 1999, fortuitamente unas obras para una cantera dieron con ella y las labores para su conservación y mantenimiento realizadas por el Ayuntamiento de Sabero permiten su visita.
Un trabajo científico de la oficina de León del Instituto Geológico y Minero en el que colaboró la Universidad de León puso en relieve el alto valor de patrimonio geológico de Sabero.
La cavidad es un pequeño espacio en el interior de la montaña de origen kárstico que está compuesta por un único conducto y un desarrollo no superior a 50 metros, una gran sala y alturas en algunos puntos de 10 y 14 metros. El lento trabajo del agua ha permitido la formación de espeleotemas variados, como estalactitas, estalagmitas, formas coraloides y microlagos.
Entre los espeleotemas presentes, los geólogos destacan la presencia de muchos ejemplos de estalactitas, «destacando la ordenación de muchas de ellas a los largo de fisuras en el techo», la abundancia y la longitud de varias estalactitas de tipo tubular (también llamadas macarrones), anemolitos (estalactitas cuyo eje principal no es el vertical), numerosas estalagmitas a menudo asociadas a estalactitas, columnas, banderas, coladas y formas coraloides.
La cavidad también destaca por la presencia de figuras subacuáticas como microlagos, microlagos flor de loto, repisas en media luna y perlas de caverna, diferentes depósitos de agua subterránea de tamaños y formas muy imaginativas. La cueva también cuenta con agegados acuciculares y la denominada leche de luna, agregados microcristalinos de carbonatos hidrosolubles que aparecen en algunas cavidades.