Coyanza se empapa del arte y del ambiente más andaluz

a. medina | valencia

Valencia de Don Juan acogió ayer una nueva edición de Fiesta Rociera, un cita ya habitual en el agosto coyantino, empapándose del ambiente más andaluz. Desde media mañana, caballos, sevillanas y romeros comenzaron a reunirse en las proximidades del castillo para dirigirse hacia la iglesia donde tuvo una misa cantada por el Coro Rociero del Principado de Asturias. Al salir del acto religioso, la plaza Mayor se llenó de colorido con los llamativos trajes de faralaes. Los bailes improvisados se sucedieron y la alegría fue la nota dominante. De vuelta al Jardín de los Patos, donde se concentró la parte de la actividad, tuvo lugar una paellada. Y por la tarde la actuación del grupo Las manos del Flamenco, un taller infantil de decoración de patio andaluz, un concurso de sevillanas y un concierto de cante a cargo del grupo Kambalache.