Los veterinarios chequean al año más de 4,6 millones de cabezas de bovino, ovino y caprino
La empresa privada Eulen S.A. lleva realizando la campaña de saneamiento en Castilla y León desde el año 2013; en aquel año se le adjudicó la campaña por un importe de 4.408.075,19 euros (2013 y 2014), 4.246.760,45 (2015 y 2016) y 3.536.916,62 (2017 y 2018), estando actualmente el concurso de adjudicación abierto para 2019/2020.
Su platilla está compuesta en Castilla y León por 110 profesionales, y en el caso de la provincia leonesa por diez veterinarios repartidos en cinco equipos.
En cuanto al número de animales, en 2017 se chequeó un censo estimado de bovino de 1.457.179, de ovino de 3.048.030 y de caprino de 152.614. A los bovinos y caprinos se les realiza la intradermotuberculinización a todos los animales mayores de seis semanas, al ovino y caprino en conjunto se les toma muestra de sangre al 5% del total de ambos y se analiza la sangre de todos los bovinos mayores de un año en León, Palencia, Salamanca, Ávila y Segovia (en el resto de provincias a los bovinos mayores de 2 años).
Ante esta situación, desde Sivele-Uscal quieren denunciar el deterioro progresivo que llevan sufriendo los trabajadores que ejecutan las campañas de saneamiento en estos últimos años, y que han obligado a denunciar sus regresivas condiciones laborales ante la Inspección de Trabajo de algunas provincias. Según manifiestan los propios trabajadores, los veterinarios de la empresa Eulen tienen contratos laborales de 40 horas semanales que «sistemáticamente se incumple» ya que aseguran que no contempla el desplazamiento tanto de la ida como de la vuelta a las explotaciones, siendo en numerosas ocasiones superior a una hora cada uno de ellos, el descanso estipulado dentro de la jornada laboral, el tiempo de espera entre la entrada y salida de los lotes de animales de las instalaciones ganaderas, la entrega en el laboratorio de las muestras obtenidas ni el acopio necesario de material en el mismo para su posterior utilización. Tampoco está incluido el tiempo utilizado en la oficina de la empresa para la realización de diferentes gestiones rutinarias (reuniones de empresa, solicitudes de material para la realización del trabajo, entrega de parte de kilómetros realizados con el vehículo de empresa, etc.), el mantenimiento del vehículo de empresa (ITV, cambios de neumáticos, revisiones periódicas) realizada por el propio trabajador o en la realización de cursos de formación obligatoria, no compensado en modo alguno.
También denuncian la inexitencia del calendario laboral pactado, unas condiciones de seguridad deficientes, con vehículos sin airbag ni ruedas de invierno, vestuario, equipos de protección y materia inadecuados y un sueldo bruto anual claramente insuficiente, sin tener en cuenta la experiencia previa de los trabajadores, y que en el caso de otras comunidades como Castilla-La Mancha, Extremadura, Galicia o Asturias es casi el doble.
Además critican las excesivas jornadas de trabajo, con cargas interminables de trabajo y largos desplazamientos y la inexistencia de un convenio colectivo.