«Vivimos de la gente del pueblo, nos va a faltar la gente de paso»

María Onésimo Pérez es una de las encargadas que está al frente de la farmacia localizada a un lateral de la vieja Carretera Nacional 625. Su empresa lleva a pie de cañón desde 1987 aunque, según especificó, en 1995 se transladó hasta ocupar el emplazamiento actual. Según resume, «vivimos de la gente del pueblo, nos va a faltar la gente de paso».

La apertura de la A-60 ha tenido consecuencias notables en la reducción de un tráfico antes claramente más numeroso. «Se nota una bajada del tráfico y ya no para tanta gente de paso como antes», apuntó.

Onésimo observa la misma tendencia que muchos otros pequeños empresarios de comarcas cercanas pegadas a la N-625. «En verano, debido a los visitantes, hay un poco de aumento» pero cuando se vayan en octubre «posiblemente se notará una bajada del número de clientes».

Uno de los puntos positivos que aprecia Pérez es la «mayor tranquilidad» y la mayor facilidad para cruzar la carretera cuando «antes era imposible».