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La crisis del ovino de leche impide el relevo generacional en el sector

Quienes se jubilan no encuentran relevo para sus granjas por la falta de rentabilidad.

Óscar González Ponga, con uno de sus corderos en la explotación que posee en Villabraz. JESÚS

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León

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A. Domingo | Villabraz

Una explotación moderna —con el crédito para su construcción aún por amortizar—, 1.000 cabezas de ganado ovino de leche de media, el salario de tres obreros, el sustento de su familia y unos precios de venta de leche que no cubren costes son el panorama que se presenta a Óscar González Ponga, ganadero de ovino en Villabraz, que subraya la desilusión que existe en el sector después de dos años de crisis en el precio de la leche.

Las explotaciones van cayendo en la medida en la que se jubilan sus titulares. «No hay relevo», explica. Y otros, cansados de aguantar el tirón, «han puesto a la venta las ovejas, pero pasan los meses y nadie se las compra».

Las condiciones del contrato de venta de leche, los cultivos con los que compaginen la actividad ganadera son clave en el mantenimiento de las explotaciones. «Si lo único que tienes son pérdidas está claro que antes o después tendrás que cerrar».

González Ponga vende su leche a través de cooperativa y destaca la buena suerte cuando recogió las vezas. Gracias a los microsilos —empaquetado en plástico— evitó las pérdidas de calidad por las lluvias. «Hemos tenido una buena campaña de forrajes en cantidad, pero la calidad se la llevó el agua. Y hay que tener en cuenta que el mayor coste de una explotación de leche es la alimentación».

A la caída de precios se suma «el aumento del precio de cereal, que hará subir el del pienso», por lo que los ganaderos buscan soluciones como reducir la ración de pienso o incluso «sacar el ganado más tiempo al campo. Así alguno ha evitado comprar pienso, pero esto te impide atender la nave, la paridera, y hay quien incluso ha tirado de la familia como mano de obra».

En los últimos seis meses, «el precio no se ha movido», apunta el ganadero. Con la caída estacional de la producción de leche a partir de junio «tenía que haber subido el precio, pero se ha mantenido exactamente igual». González Ponga recuerda la máxima de que «la vaca siempre ha tirado de la oveja» y, así, la crisis que se desató en el vacuno de leche a consecuencia del fin de las cuotas nacionales, hundió también la cotización de la leche de oveja. «Sin embargo, luego se recuperó algo la de vaca y a nosotros no nos llegó el repunte». Pasada la temporada de mayor producción de leche —de primavera a principios del verano—, «tocaba una subida de precio, pero los lecheros no la han aplicado», manifestó.

En su opinión, el problema del ovino de lecho «es una cuestión de mercado: de oferta y demanda. Y parece que existe un importante stock de queso».

Las soluciones a la situación a un sector que sufre crisis de carácter recurrente, pasan en primer lugar, en opinión de González Ponga, por «la unión de los sindicatos» y «quizá, por reestructurar las ayudas: que se las den al que trabaja, al agricultor activo y no al jubilado o al que quitó las ovejas y tiene derechos históricos», mucho más ante una reforma de la Política Agraria Común (PAC) con una menor dotación presupuestaria.