Una voluntad contra reloj y con planteamientos muy distantes
Prudencia sindical a la espera de la propuesta ministerial que suavice la postura inicial de cierre de la minería en 2018 y de las térmicas en 2020.
Los sindicatos mineros no parecen dispuestos a seguir debatiendo con el Gobierno sin que se produzca un acercamiento de posturas, y sin que ni la ministra Teresa Ribera ni el secretario de Estado tomen parte en unas reuniones en las que la postura oficial es defendida por la asesora del ministerio, lo que limita la firmeza de los acuerdos que puedan aceptarse. Una falta de implicación a alto nivel que desde los representantes de los trabajadores se toma como un escaso interés por la situación del sector.
El encuentro mantenido el jueves estuvo marcado por la tensión durante toda la mañana, ya que desde Transición Ecológica se defiende que la normativa europea exige que todas las minas de carbón se cierren a finales de este año, y todas las centrales térmicas en 2020. Lo que cierra todas las expectativas de continuidad de un reducto de explotaciones rentables.
La postura del ministerio también parece tajante respecto a la necesidad de devolver las ayudas recibidas a partir de enero de 2011 por las empresas que quieran seguir en activo. Una posibilidad a la que no se niega el sector, aunque reclama fórmulas que se desarrollen en el tiempo y que permitan la viabilidad económica.
Más ayudas a devolver
El asunto de las ayudas a devolver parece que será otro de los escollos que tenga que superar la negociación del futuro minero. Hasta ahora se daba por sentado que la devolución se refería a las ayudas del artículo 3 de la Decisión 787, es decir, las ayudas al funcionamiento de las explotaciones. Sin embargo, el ministerio trasladó a los sindicatos que la obligación se extiende también a lo cobrado por el artículo 4, que abarca las ayudas de carácter social y medioambiental.
El receso realizado a mediodía, para reanudar el encuentro por la tarde, permitió poner sobre la mesa el compromiso trasladado por la ministra de elaborar un documento en el que se recojan las soluciones laborales, industriales, sociales y económicas que plantean los sindicatos. Que será presentado a los representantes sindicales la próxima semana, para ser debatido en la reunión fijada para el día 8 de octubre.
Un compromiso político cuya plasmación en la práctica tiene expectante al sector, pero que de momento le ha dado un margen al ministerio para intentar un acercamiento a las exigencias de la minería. Quedan tres meses para que el plazo dado por Europa finalice, y a la espera de ver el alcance de la voluntad política de la ministra las posturas están muy alejadas.
CC OO y UGT esperan con escepticismo las propuestas, pero de momento han optado por una prudente espera. Advierten, eso sí, que ya sólo aceptarán hechos.