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Azucarera aplicará los vaivenes del mercado al pago al cultivador

El nuevo AMI deberá incluir un complemento de evolución del precio «como en otros países».

Publicado por
León

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A. Domingo | Redacción

Un sistema productivo en integración e incluir las fluctuaciones del precio del azúcar en el mercado internacional en el precio de la remolacha son las dos herramientas que utilizará Azucarera para mantener a flote el sector cuando se cumple un año de la liberalización del mercado, manifestó la directora Agrícola de la compañía, Salomé Santos.

La desaparición de los cupos nacionales ha traído consigo los precios más bajos que ha registrado el azúcar en Europa, situando la tonelada en «340 euros con algunos clientes», apuntó Santos. El observatorio Europeo del Azúcar registra una media de 346 euros en julio, último mes del que hay datos, con una caída del 18% desde octubre, si bien la media en la región productiva del sur de Europa muestra las mejores cotizaciones medias, con 447 euros por tonelada en octubre del año pasado y 371 en julio —la reducción en términos porcentuales resultante es del 17%—.

Santos explicó que esta situación es fruto de una «tormenta perfecta», en la que se han sumado todos los factores que tiran del precio del azúcar a la baja: «La desaparición de las cuotas te expone más al mercado internacional, por lo que no se ha producido ninguna situación que no esperásemos. A esto se suma el bajo precio del petróleo, que provoca que no se desvíe caña a la producción de bioetanol; una sobreproducción mundial propiciada por el buen clima y por las ayudas a las importaciones de países como India y Tailandia; y que en el norte de Europa se sembrara más remolacha y se consiguieran rendimientos récord, sin que se produjera la salida que se esperaba a esta producción mediante las exportaciones».

El mayor volumen de producción en Europa no es suficiente para marcar tendencia en los precios internacionales, de manera que «ninguna industria europea puede ganar dinero» en estas circunstancias. El diagnóstico es «grave», pero de carácter «coyuntural. De adaptación al ciclo», dictamina la responsable del área agrícola, que receta «acostumbrarnos a trabajar en modelos de integración, con ciclos de subida y bajada de los precios, de forma que se obtengan unas ganancias razonables como balance de un periodo de cuatro o cinco años». Y esto exige unas relaciones entre la industria y el agricultor «distintas a las del pasado, que eran muy estáticas».

El modelo de Agroteo

Azucarera ya trabaja en un modelo productivo de integración, a través de la empresa Agroteo, Este exige «estudios de costes y acuerdos de reparto de rentabilidades, ya que la industria comparte el coste». En cuanto a la relación con los productores, Santos apuntó que el Acuerdo Marco Interprofesional (AMI), que fija el precio de la remolacha para los productores que contratan con Azucarera y que tiene vigencia para esta campaña y la próxima, «deberá adaptarse a las fluctuaciones de precios del azúcar». La industria quiere mantener un acuerdo, porque «demuestra la fuerza de cohesión del sector», pero debe contemplar «el complemento de evolución de los precios, como sucede en países como Francia y Alemania.

Azucarera considera que el hundimiento de los precios ha tocado fondo. Ahora el sector se pregunta por «lo rápido o lento que pueda ser el repunte». Lo que queda claro es que la Comisión Europea no intervendrá en el mercado del azúcar, pese a las advertencias que le llegan. «Está esperando a que el sector sea capaz de autorregularse. La caída de precios es lógica por la liberalización del mercado y lo normal es que el sector se ajuste a la oferta y la demanda».