León despide la temporada de alto riesgo con la menor tasa de incendios de su historia
Las 112 hectáreas quemadas este verano son casi testimoniales frente a las 21.720 arrasadas de julio a septiembre de 2017.
a. valencia / m. carnero | león
La provincia de León ha experimentado este verano un vuelco total en materia de incendios forestales, con apenas 112 hectáreas calcinadas durante los meses de verano, en 106 incendios declarados del 1 de julio al 31 de septiembre —considerada la temporada de alto riesgo—. Una situación que nada tiene que ver con el balance que arrojaban estos siniestros hace doce meses, cuando León presentaba unas cifras negras, incluso a nivel nacional, con 21.700 hectáreas abrasadas. Sólo el incendio de La Cabrera, registrado en agosto de 2017, se llevó por delante más de 9.000 hectáreas, una superficie que esta campaña queda incluso muy lejos del total de la comunidad donde, según el recuento de los partes de incendios remitidos por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente este verano, se han registrado 955 incendios, en los que se han quemado más de 1.644 hectáreas.
Como dato curioso, y también inédito en la comunidad, hubo cuatro días durante el verano —el 1, 5 15 de julio y el 14 de agosto—en los que no se registró ningún incendio forestal a lo largo y ancho de toda Castilla y León.
Además, por primera vez, León no tiene el triste honor de protagonizar el peor incendio forestal de la temporada en la comunidad, ya el más grave se registró el pasado 26 de julio en San Juan de Nava (Ávila), donde se calcinaron 161 hectáreas, frente a las 14 escasas que se quemaron en el peor incendio de la provincia declarado en Santovenia de la Valdoncia.
El peor incendio del año
La temporada de alto riesgo comenzó en julio cuando la provincia ya arrastraba desde enero hasta finales de mayo un total de 83 incendios forestales, en los que se quemaron 1.883 hectáreas, entre ellas las 638 hectáreas en el único Gran Incendio Forestal (GIF) del año en la provincia, el que se declaró a mediados de mayo en los montes del Curueño. Esto demuestra que los servicios de la lucha contra el fuego tienen que estar alerta todos los meses del año, y no sólo en la temporada de alto riesgo, ya que se ha demostrado que la amenza del fuego no entiende de calendarios.
Todo apunta a que los datos registrados este año en León son los mejores que registra tanto la provincia desde que se contabilizan los datos de incendios. El peor año de los últimos diez años en la provincia de León fue el 2012, en el que se registraron 422 incendios que quemaron 23.176 hectáreas, entre ellas las 11.724 que ardieron en el peor incendio registrado en Castilla y León, el de Castrocalbón. El siguiente peor año de la década fue el pasado 2017, donde los 776 incendios contabilizados arrojaron una superficie quemada de 21.720. El tercero más nefasto fue el 2005, que se cerró con un total de 920 incendios en los que se quemaron 16.597 hectáreas.