La mano del hombre sigue siendo la principal causa
Aunque en esta ocasión los datos son halagüeños, —una tónica generalizada en toda España—, la intencionalidad sigue estando presente en un amplísimo porcentaje de los incendios registrados en la provincia. La presencia de la mano del hombre tras estos siniestros sigue siendo preocupante. De hecho, de los diez incendios registrados en julio, todos fueron intencionados. Un escenario que prácticamente se repite en agosto y en septiembre, donde las tormentas y los rayos también jugaron malas pasadas, con días donde incluso provocaron hasta cuatro siniestros. Pero, no obstante, de los más de cien incendios registrados en León esta campaña estival, solo en menos de 20 no ha estado detrás la acción humana.
Agosto registró cincuenta incendios y en septiembre se sucedieron alrededor de 45. En total apenas superan las 100 hectáreas, lo que también viene a constatar la desestacionalización de los incendios forestales. Volviendo la vista a lo ocurrido, los dos grandes incendios que ha registrado la provincia hasta la fecha este año se produjeron en mayo y en octubre. Concretamente, en Santa Colomba del Curueño, donde las llamas devoraron 683 hectáreas y en el Valle de Fornela con casi 300 hectáreas calcinadas. Es más, solo de enero al pasado mes de mayo, se registraron en León 83 incendios que dejaron 1.881 hectáreas quemadas, una cifra bastante más elevada que la que arroja la época estival.
En la mayoría de los casos, la superficie dañada fue matorral, pasto y arbolado. En lo que va de año, la provincia supera los 150 incendios, cuando el año pasado ya se alcanzaban los 700. Es también significativo que, dentro de la campaña estival, no se registró ningún incendio en la provincia hasta el 9 de julio y el de mayor dimensiones del verano apenas alcanzo las 14 hectáreas en Santovenia de la Valdoncina.