Diario de León

CARROCERA

Más de 4 M€ del carbón gastados en un polígono a medio terminar

La primera fase de los Avezales, impulsada en 1997, aún precisa actuaciones

Una imagen del parque empresarial, del pasado mes de mayo. MARCIANO PÉREZ

Una imagen del parque empresarial, del pasado mes de mayo. MARCIANO PÉREZ

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León

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A. Domingo | Redacción

Cuando la fuerza del carbón se apaga en la provincia no es raro que los ciudadanos se pregunten qué fue de las ayudas para la reestructuración de las comarcas mineras, los denominado planes del carbón, que debían haber propiciado un cambio en el modelo económico de las cuencas. Y encontrar una gestión cuando menos desafortunada de estas ayudas puede arrojar alguna respuesta.

Es el caso del Polígono Industrial Los Avezales, en Otero de La Dueñas (municipio de Carrocera), al que se han destinado al menos 4,1 millones de euros desde finales de los años 90. La infraestructura se ha presentado como una de las zonas más prometedoras de la Montaña Central Leonesa, especialmente su situación, junto a la autopista León-Campomanes (AP-66). La gestión de venta de parcelas recayó en la empresa Área Empresarial de Carrocera, S.L., mercantil con participación municipal —el alcalde de Carrocera fue su consejero delegado—, constituida en marzo de 1997 y disuelta voluntariamente en julio de 2011.

El Ayuntamiento promovió su construcción con fondos del Ministerio de Industria por importe de 65,9 millones de pesetas de entonces (396.000 euros), lo que suponía un 60% del proyecto inicial, según se puede comprobar en la hemeroteca de este periódico. Posteriormente, en 1999, los fondos del Instituto para la Reestructuración de las Comarcas Mineras firma un convenio con la Consejería de Industria de Castilla y León para la ampliación del área empresarial, por importe de 94.699.000 millones de pesetas (569.152 euros), dinero que se transfiere al Ayuntamiento de Carrocera también por convenio.

Finalmente, en 2011, la Consejería de Empleo concede una subvención directa de 4,7 millones de euros al Ayuntamiento en 2011 a fin de acometer la urbanización de 11 hectáreas, pero la situación económica de la contratista impide la ejecución total de las obras y se pierde la mitad del importe de la ayuda.

Por otra parte, el proyecto se inicia sin un planeamiento urbanístico propio, con las normas urbanísticas provinciales —de carácter muy general— como referencia, de manera que las licencias para construir las naves industriales se tramitan como uso excepcional de suelo rústico, como sucede en al menos tres casos, que se pueden consultar en las ediciones del Boletín Oficial de la Provincia del 16 de mayo de 2006, 8 de agosto de 2006 y 13 de marzo de 2007.

Ya años antes se había concedido otras licencias urbanísticas para la construcción de fábricas, una de éstas, el 20 de agosto de 2003, con el informe en contra de la Secretaría-Intervención Municipal y de la Diputación de León, según un informe de la funcionaria que en la actualidad ocupa el puesto, emitido a finales del pasado agosto. Este mismo documento, reseña la calificación del suelo de la primera fase del polígono como suelo urbano no consolidado y no como suelo urbano que es, en principio, la que le correspondería.

No fue hasta el 20 de julio de 2009 cuando el Ayuntamiento de Carrocera aprobó la redacción de su primer planeamiento urbanístico: las Normas Subsidiarias Municipales, aprobadas definitivamente el 30 de abril de 2012 por la Comisión Territorial de Urbanismo de León. A continuación se desarrollaron el estudio de detalle y el proyecto de actuación de la primera fase, que se publicaron en abril de 2016 y febrero de 2017, respectivamente.

«Imposición»

Pues bien, en el último de los documentos citados se lee que, pese a que la primera fase «se encuentra en la actualidad prácticamente desarrollada», se clasifica como suelo urbano no consolidado por «imposición de la Comisión Territorial de Urbanismo», que entiende que los terrenos aún precisan «actuaciones de urbanización, reforma interior u obtención de terrenos reservados para ubicar dotaciones urbanísticas públicas, que deban ser objeto de equidistribución o reparcelación, cuando dichas actuaciones no puedan materializarse mediante gestión urbanística aislada».

Con esta situación se llega al pasado verano, cuando se presenta el proyecto de Asladium, laminadora de aluminio, que desecha la ubicación por falta de terreno en el que construir una futura expansión y advierte de problemas urbanísticos cuya resolución precisan de dos años de trámites.

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