Cuando el sector predijo el peor de los escenarios
Corría la campaña 2011/2012 cuando la Consejería de Agricultura, en una decisión unilateral, retiró los tres euros de ayuda a la remolacha, ayuda otorgada tras entrar en vigor la reforma de la Organización Común del Mercado (OCM). Se negociaba entonces la PAC en vigor y la Comisión Europea (CE) quería terminar con el sistema de cuotas nacionales y precios regulados el 30 de septiembre de 2015. Las negociaciones consiguieron alargar el sistema dos años más, pero la situación de catástrofe en el sector remolachero-azucarero que aventuraban la industria y los cultivadores si la apertura del mercado europeo se producía en 2015 parece que solo se pospuso.
Ha bastado una campaña para que se demuestre que los cupos protegían al sector europeo de la volatibilidad de los precios internacionales del azúcar. La Mesa Nacional del Setor Remolachero, integrada por organizaciones profesionales y Azucarera, advertía —como recogía la edición de Diario de León del 5 de septiembre de 2012— que «sin un precio atractivo la producción de remolacha en España está abocada a la desaparición». El Ministerio de Agricultura y la Junta se sumaban al sector en su postura de mantener las cuotas nacionales al menos hasta 2020.
En la campaña 2011/2012 los agricultores cobraron 37 euros por tonelada de remolacha estandarizada, de los que 25,46 correspondían al precio oficial, 2,45 a la ayuda directa de la PAC, 7 euros de la reestructuración que privó a España del 50% de su cuota y 2 más de Azucarera. Se confiaba cuando se sembró en haber sumado los 3 euros más de la ayuda de la Junta anulada para llegar a los 40 euros.
La CE abogaba por la supresión de cupos para mejorar la productividad del sector, pues las cuotas limitaban las posibilidades de exportación de Europa ante la OCM, mientras la mayoría de los países en desarrollo tienen un acceso ilimitado al mercado comunitario y sin arenceles.