EL ESPECTÁCULO DE LA NATURALEZA
El Niágara de León
Es una de las bellezas más desconocidas de la provincia. Sorprende a todo el mundo cuando la ven por primera vez. Y la verdad es que no es para menos. La cascada de Lumajo desborda espectacularidad se mire por donde se mire.
Sorprende a todo el mundo cuando la ven por primera vez. Y la verdad es que no es para menos. La cascada de Lumajo, ese pequeño Niágara del Valle de Laciana (permítase la licencia), desborda espectacularidad se mire por donde se mire. Cuando se juntan la naturaleza, la roca y el agua el resultado nunca defrauda y el salto de Lumajo no lo hace.
Aguas abajo de Lumajo, el río Almuzarra salva un gran desnivel y dibuja una impresionante cascada de unos veinte metros de altura. La distinta naturaleza de las rocas que constituyen el subsuelo de este paraje ha provocado que ofrezcan grados de resistencia muy dispares. Por ello, la erosión ha afectado más a unas que a otras, generando un gran resalte que ahora el río se ve obligado a vencer. Incluso ahora, con un invierno escaso de lluvia y nieve, merece la pena acercarse para disfrutar de este salto donde el agua transformada en espuma blanca salpica la cara de quienes están cerca.
Para gozar de este espectáculo hay que llegar primero a Villaseca de Laciana y luego girar en dirección a Lumajo en un trayecto de unos cinco o seis kilómetros. A mitad de camino más o menos a mano derecha se encuentra esta belleza desconocida de la provincia de León. Se puede aparcar el coche en el arcén y descender por una pronunciada zona de prados para llegar hasta allí. Luego sin duda sacarán el móvil para traerse a casa decenas de imágenes y vídeos que harán que todos sus amigos, familiares y conocidos pongan cara de asombro.