Unas doce mil hectáreas ya se riegan en León desde dispositivos móviles

Teledetección, big data, cultivos de precisión, son algunos de los términos con los que se tendrán que familiarizar los agricultores ante la inminente revolución a la que se enfrentará el sector en los próximos cinco años. Así lo explicó ayer Marías Llorente, presidente de la Asociación de Comunidades de Regantes, Aresla, que engloba a Payuelos, Porma y Páramo Bajo —que suman 124.000 hectáreas en total de las 83.000 son reglables—, que presentó, acompañado por el presidente de la Diputación de León, Juan Martínez Majo, las jornadas que abordarán hoy, en la Escuela de Ingeniería Agraria y Forestal de León, todos los detalles de la nueva agricultura 4.0.

En la León ya hay doce mil hectáreas telecontroladas, es decir, que se gestiona todo el proceso de riego desde cualquier dispositivo móvil. «Las nuevas tecnologías han llegado al mundo rural y se pueden aplicar ya a la agricultura, pero esto no termina aquí, lo que viene es imaginable», explicó Llorente.

El presidente de la Diputación de León, que colabora desde hace tres años con los regantes en un proyecto piloto para incrementar la rentabilidad de sus explotaciones, recordó la necesidad de aprovechar los recursos propios, ya que «somos una provincia ganadera y agrícola», y destacó la importancia de abordar este tipo de cuestiones en una jornada como la de hoy, que será inaugurada por la consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos, en la que técnicos, gestores, regantes y profesionales de la agricultura, intercambiarán experiencias y conocimientos.

Llorente, por su parte, subrayó que la modernización de regadíos es la base sin la cual no puede producirse un desarrollo del sector agrario ni una adaptación a las posibilidades que ofrece la digitalización del campo. «No se puede hablar de agricultura de futuro sin modernización», dijo después de recordar que la provincia leonesa tiene automatizadas unas 65.000 de las 140.000 hectáreas de regadío con las que cuenta. Por eso recordó que con las 20.500 hectáreas modernizadas en el Páramo Bajo, y las doce mil del Porma, la gran reivindicación es modernizar las 56.000 pendientes en Payuelos.

El presidente de Aresla afirmó que la automatización del riego supone un ahorro del agua del 25%, así como un mayor rendimiento de los cultivos y un incremento del rendimiento hasta en dos toneladas por hectáre. Por eso insistió en que las nuevas tecnologías «no deben ser un privilegio de unos pocos», por lo que apunto a la inminente profesionalización del campo, con la incorporación de la mujer y de jóvenes agricultores, que cada vez están mejor formados.

Por su parte, el coordinador de obras de Tragsa en León, Ángel Rubio, afirmó en que los productos hortícolas y frutícolas suponen una oportunidad de diversificación para el campo, dada la demanda existente. «Hay que apostar por la innovación en los cultivos y León puede ser un lugar idóneo para ello, también con la repercusión que ello puede tener en la industria agroalimentaria», aseguró.