La ciudad se hace teatro
Todo vale en la mañana del sábado en La Bañeza, cuando el centro se convierte en el escenario de mil parodias o situaciones imposibles. Improvisación, un buen disfraz y una historia que contar convierten el centro de La Bañeza en un gran teatro, con representación simultánea de obras los sábados por la mañana como aperitivo de los carnavales
El denominado Carnaval auténtico trae a La Bañeza desde el Polo Norte hasta los deportes americanos más espectaculares.
Solo un ingrediente es necesario para cocinar un buen carnaval a la bañezana: ir por libre. Y cuanta más, mejor; porque aquí no se corre el riesgo de ajar el guiso a fuerza de sal. El carnaval bañezano es patrimonio del pueblo. No solo se puede encajar en moldes —en desfiles— que, sin embargo, han sido necesarios para visualizarlo, para compartirlo con todos los vecinos de la ciudad, de la comarca, de la provincia o de cualquier lugar del que procedan.
Una mascarada que se mantuvo en tiempos de Franco como un desafío a la autoridad —llegar a la estación de ferrocarril disfrazado y regresar a casa evitando a la Guardia Civil— es como el agua que siempre encuentra el hueco por el que abrirse camino y , en los últimos años, los bañezanos han encontrado en el sábado por la mañana, previo al pregón, cuando la fiesta aún es incipiente, el nuevo cauce para dar rienda suelta a su ingenio.
El público está asegurado: es día de mercado. Y las calles del centro —en especial la plaza Mayor y la del Reloj— se convierten en un gran teatro, donde cada uno interpreta un sarcástico papel, ya sea por libre o en grupo. Es entonces cuando el peatón puede jugar a los bolos de tamaño real y vivientes, charlar con una caja de traviesos botellines de cerveza, disfrutar de una competición de natación —también es posible inventar el agua—, admirar el ‘cuerpazo de bomberas’, el espíritu guerrero de la legión o disfrutar de las evoluciones de los Harlem Globetrotters, aunque su canasta sea una de las más altas del mundo y el diámetro del balón sea de récord —y eso sin exagerar—.
La clave del éxito está en tener algo o alguien a quien parodiar, preparar unos disfraces que sean dignos de admiración y sorprender a todos. Hay quien opta por el sarcasmo y la crítica a los temas de actualidad y otros solo buscan un rato de diversión. En cualquier caso, la temática es de lo más variada: desde la vida de los famosos, diferentes acontecimientos deportivos, políticos o sociales a sucedidos de ámbito estrictamente local. Porque en todo el carnaval, también en el ‘auténtico’ del sábado por la mañana, hay un engarce con la realidad cotidiana, aunque se saque de contexto. Conviene matizar que esta forma de vivir la fiesta se puede encontrar en cualquier otro momento, ya sea fuera de actos oficiales, como en medio de los desfiles.
El sábado por la mañana ha sustituido a la Noche Bruja, convertida en fiesta masiva de estudiantes, que ha dejado espacio para que quienes se sienten atraídos por el carnaval bañezano disfruten de la fiesta desde la media noche hasta ya pasado el amanecer. Por primera vez, este año se incluye en el programa oficial el sábado por la mañana.