Una afición que creció desde joven
Un viaje a otra época a través de objetos cotidianos del ayer
Rubén Roldán, de Pajares de los Oteros y residente en Villamañán, cuenta con una colección de miles de piezas antiguas restauradas por él.
Las imágenes muestran tres tablas, como un mero detalle de los cientos de piezas antiguas restauradas y organizadas por Rubén Roldán. MEDINA
Entrar en casa de Rubén de Roldán es sumergirse en el pasado. Cientos de piezas hablan de otra época, de tiempos no demasiado lejanos pero muy distintos a los actuales. Objetos cotidianos que hoy han quedado en desuso y que este profesional de la viña y el vino, natural de Pajares de los Oteros y residente en Villamañán, ha ido recopilando, comprando en mercadillos o recogiendo de amigos y conocidos, para limpiarlos, restaurarlos y guardarlos como oro en paño. Ni siquiera él sabe cuantas piezas tiene. «Puede haber 3.000, 4.000... no sé, muchas».
Confiesa que la afición le llegó siendo muy joven limpiando una vieja bodega con un hermano. «En la casa antigua del tío había muchos objetos viejos, que limpiamos y colocamos por la bodega y vimos que quedaba muy bonito».
Luego se trasladó a Asturias y en el tiempo libre fue creciendo el gusto por recopilar objetos y restaurarlos. «Empecé con los muebles y con el hierro, pero tuve que dejarlo porque ocupaban mucho sitio. Restauré arcas, baúles, armarios de persiana de oficina, mesas de maestro, sillas, gabaneros y sombrereros...», confiesa. Y de ahí pasó a piezas más pequeñas.
«Lo iba almacenando todo, hasta que un día pensé que tenía que ordenarlo». Y así cuenta con varias colecciones temáticas. Una de tablas de útiles antiguos, otra de sulfatadores, una «muy buena» de pesos y medidas y otra de una recreación de una cocina antigua. También otra que denomina ‘De la tierra a la mesa’ que hace el recorrido desde el trabajo del trigo, la trilla, siega... hasta llegar a una hogaza de pan. Y está montando otra llamada ‘De la tierra a la copa’, similar, pero sobre el mundo del vino.
Comenzó exponiendo algunas de sus piezas en la Feria del Vino de Pajares de los Oteros. Después vinieron muestras en Villamañán y Santa María del Páramo. Varias en ambos casos. También realizó una muestra el verano pasado a Alcuetas. Y la más reciente, en la última Feria de Febrero de Valencia de Don Juan.
Pero su empeño es que todo el ingente número de objetos que guarda pueda verlos todo el mundo. Hace años tuvo conversaciones con el entonces alcalde de Villamañán para que llevar sus colecciones al edificio de la Alhondiga que ya alberga el Museo de la Moto y que fue restaurado para ser también Museo Etnográfico, «pero no sé si por falta de fondos, la idea se quedó en el aire». Hoy sigue dispuesto a retomarla. «Sería un sitio ideal porque el edificio es precioso. Yo quiero que se vean», asegura.