La Montaña de Luna encabeza la incorporación de jóvenes al campo

La comarca agraria de la Montaña de Luna se ha puesto a la cabeza en la incorporación de jóvenes a la actividad agropecuaria en la provincia. El dato sorprende a las organizaciones agrarias e incluso a los ayuntamientos de la zona, pero lo cierto es que los precios de la ganadería de carne y los pastos que sirven alimento a las reses parecen estar detrás de los 28 expedientes de ayuda a la incorporación que se han tramitado en esta zona, tantos como en el Páramo, una comarca con un gran superficie de cultivo modernizada y, por tanto, más favorable al asentamiento de nuevos profesionales.

La Montaña de Luna es la tercera comarca agraria de la provincia en extensión, con 202.512 hectáreas, superada por el Bierzo (282.426 hectáreas) y la Montaña de Riaño (241.759). Abarca desde Laciana y el Alto Sil hasta Omaña a la Montaña Central, pero, aunque con 13 términos municipales, no es la que más municipios engloba —apartado que encabezan Esla-Campos y el Bierzo— y sólo La Cabrera, con cuatro, cuenta con menos ayuntamientos. De los 28 expedientes de ayuda que presentó el año pasado, 26 son de incorporación a la actividad ganadera, uno de inicio en la actividad pecuaria y mejora de la explotación y tan solo uno tiene como fin la agricultura. La comarca acapara así el 33% de las incorporaciones a la ganadería en toda la provincia, Con Riaño y Bierzo, con 13 cada comarca, en segundo lugar.

El secretario general de Ugal-UPA, Matías Llorente, entiende que el dato obedece a la despoblación que sufre la zona. Los jóvenes ganaderos —así se considera a los menores de 40 años en el sector— «han sabido ver el espacio vacío y el recurso que suponen los pastizales de esta zona». Los precios de la carne, que se mantienen en buenos índices «gracias a las exportaciones», animan a entrar en un sector «con unas posibilidades muy importantes de desarrollo tras la desaparición del ganado de leche en las zonas de montaña», apuntó Llorente, que destacó la importancia de la ganadería a la hora de fijar población en el medio rural.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Ganaderos de la Montaña de León, Arsenio Rodríguez, señaló tener noticias de una importante llegada de jóvenes a la ganadería en el norte de la provincia, pero «no esperaba tantas» como las que ha registrado en un año la Montaña de Luna. «Es un territorio que abarca las secciones agrarias comarcales de Villablino y La Pola de Gordón y sé que se habían producido muchas altas, entre otras razones, porque en la asociación están entrando jóvenes». Tan elevado número de expedientes recuerda a las incorporaciones «de los años 80 e incluso de años atrás».

Otras evidencias del elevado número de nuevos ganaderos son los precios que han alcanzado los alquileres de pastos en sus últimas subastas y la asignación de derechos de la reserva nacional. La demanda de pastos elevó los precios hasta el punto de que «fue una locura. Las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) que reciben los jóvenes por la incorporación son importantes, pero este dinero va a terminar en manos de las juntas vecinales que alquilan los puertos». En cuanto a la asignación de derechos, «la Administración concedió todos los que le solicitaron el año pasado».

Rodríguez añadió que la implantación de las nuevas ganaderías se centra «en el entorno a Riello y no en Villablino, donde pensaba que se habría producido un repunte por el cierre de la minería».

El tipo de profesionales

El secretario general de Asaja, José Antonio Turrado, señaló que las incorporaciones en esta zona «llaman la atención», pero no encontró una explicación al fenómeno. Añadió que «nos gustaría que se trate de gente que llegue al sector para jubilarse en él».

Para la presidenta del Grupo de Acción Local Cuatro Valles y Alcaldesa de Murias de Paredes, Carmen Mallo, también se trata de un buen número de nuevos profesionales de la ganadería, aunque al conocer la extensión de la comarca agraria la sorpresa no es tanta. Subrayó su deseo de que las granjas pertenezcan a ganaderos profesionales y no a quienes tienen en el campo una segunda fuente de ingresos. «Hay quien se prejubiló o se jubiló de la minería y pone una explotación a nombre de su mujer», explicó.