INFRAESTRUCTURAS VITALES
Revisan la presa de Villagatón para su cesión en buen estado a la CHD
La Junta renuncia a la concesión de aguas y da paso al último trámite, «que será largo»
Con la Virgen del Castro a las puertas del su santuario ante otra rogativa para salvar los cereales de secano, los interesados en el cierre del pantano de Villagatón —de la Cepeda a las vegas de La Bañeza— aún tendrán que tener paciencia hasta que suba el nivel de agua en la presa, apuntó el viceconsejero de Desarrollo Rural, Jorge Llorente, que apuntó que los trámites para la cesión de la presa a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) llegan a su fin, aunque todavía se alargarán. «Llevamos más de la mitad del camino recorrido y estamos en la última fase, pero es cuestión de tiempo, de entregar la presas y sus instalaciones en buenas condiciones», lo que podría dar lugar a reparaciones.
Llorente aseguró que las administraciones implicadas en la cesión, desde el Ayuntamiento de Villagatón al organismo de cuenca, «mantienen la voluntad» de poner en explotación la presa, mediante «un expediente administrativo complicado, que tiene que cumplir con las estipulaciones del Reglamento de Dominio Público Hidráulico y la Ley de Aguas». El último avance consiste en la renuncia de la Dirección General de Estructuras Agrarias a la concesión de aguas otorgada por la CHD en 1990 a la Administración autonómica para el riego de 830 hectáreas, con volumen máximo anual de 3.951 metros cúbicos por hectárea, cuando se construyó la presa para el riego de parcelas agrícolas en Villagatón y Magaz de Cepeda, objetivo inicial del pantano.
LA NIORMA
La renuncia a la concesión revierte gratuitamente en el Estado, según el reglamento citado, que contempla, además, que si la Administración hidráulica «considerase posible y conveniente la continuidad del aprovechamiento, podrá exigir del concesionario la entrega de los bienes objeto de revisión», como sucede en este caso. Es preciso entonces, explicó Llorente y recoge la normativa, inspeccionar la situación de la obras e instalaciones de las que se hará cargo la CHD y levantar un acta que contemple las reparaciones que fuesen necesarias. Es en este proceso en el que se encuentra la cesión, indicó el viceconsejero. Un tramite «largo», pero preciso: «hay que hacer bien las cosas y con garantías jurídicas».
No sólo se trata de almacenar agua para regadío, sino, también de abastecer a una Astorga en donde se mira con angustia el cauce del río Tuerto en los años de escasez, como sucedió en 2017, recordó Llorente. Que Villameca, que regula este cauce, esté al 90% de su capacidad no deja de ser un alivio en este año de escasas precipitaciones, pero buenas reservas de agua.
Fue el expresidente de la CHD José Valín el que inició en 2012 los trámites para la cesión de la presa como solución a su falta de actividad, después de que las obras finalizasen en 1994.