Una tradición que perdura

La historia que une a Astorga y Clavijo volvió una vez más a revivirse. La ciudad maragata celebró ayer una nueva edición de la tradicional procesión de la Zuiza que fue recuperada en 1994 por el Ayuntamiento astorgano y por la Cámara de Comercio de Astorga, en común acuerdo con el Obispado, en el que colaboran los vecinos de la localidad riojana de Clavijo y que en esta ocasión conmemoró su 25 aniversario.

Este evento, que recala en la ciudad cada tres años, rememora la legendaria batalla de Clavijo, en la que se consiguió la victoria sobre los musulmanes en territorio riojano por la intervención de Santiago Apóstol y cuya bandera fue depositada en el Ayuntamiento astorgano por el hecho de haber sido portada por los Marqueses de Astorga en la persona de Álvaro Pérez Osorio.

Los restos de la bandera original de la Batalla de Clavijo se encuentran actualmente depositados en Astorga, en una arqueta de madera -que data de unos 300 años– y que durante el día de ayer volvió a salir a las calles de la ciudad.

Desde las once de la mañana los zuizones con sus arcabuces anunciaron el paso de la bandera, custodiada en una arqueta histórica, que salió del Ayuntamiento. Arropado por el Ralca, las doncellas y los maragatos, muchas miradas se centraron en el recorrido que avanzó por el trazado del Camino de Santiago hasta la Catedral, donde se celebró una misa con ofrenda.

Tras la eucaristía, la procesión de la Zuiza regresó a la plaza Mayor, haciendo una parada por el camino en la plaza Santocildes donde se realizó un homenaje frente al monumento de los caídos con salvas.