EL FINAL DE LA ERA DEL CARBÓN
Naturgy gastará casi 13 M€ en la «demolición selectiva» de la central térmica de La Robla
El proyecto de impacto ambiental prevé que el desmantelamiento genere en la zona más de 12 M€ en negocio inducido .
Será una «demolición selectiva», que se desarrolle en fases que permitan organizar y rentabilizar en lo posible el desmantelamiento. La central térmica de La Robla tiene los días contados. Sin argumentos económicos ni energéticos que la sostengan, el casi medio siglo de funcionamiento de las instalaciones que han sido el motor económico de buena parte de la Montaña Central leonesa escribe un final sentenciado desde finales del año pasado, cuando dejó de funcionar; y Naturgy, la empresa que la gestiona, renunció a realizar las inversiones necesarias para cumplir la directiva medioambiental europea, a la vista de la aceleración de las políticas gubernamentales de impulso de la descarbonización.
La multinacional energética ha presentado al Ministerio de Transición Ecológica el proyecto para obtener la licencia ambiental que le permita llevar a cabo el desmantelamiento de la térmica, cuyo cierre solicitó al Gobierno el pasado 20 de diciembre, en el que opta por una «demolición selectiva», que permite rentabilizar en lo posible los materiales susceptibles de reciclaje y genera un menor impacto ambiental que el que produce una demolición convencional. Ambas opciones, consideradas por la empresa mejores para el entorno que el abandono sin más de las instalaciones actuales, que fue una de las opciones analizadas, con el consiguiente daño medioambiental que esta dejadez produciría.
El proyecto presentado para la demolición de la térmica contempla una inversión de 12,9 millones de euros en hacer desaparecer las actuales instalaciones y dejar los terrenos adecuados medioambientalmente. Un presupuesto que centra el mayor coste (8,2 millones) en el desmantelamiento de las instalaciones, pero que contempla casi 3 millones en las actuaciones previas a la demolición y otros 1,3 millones en la gestión de los residuos generados, entre otros gastos necesarios.
La memoria presentada por Naturgy para llevar a cabo esta actuación centra también buena parte de su apartado económico en argumentar los beneficios económicos que para las rentas empresariales y de servicios de la zona tendrá todo el proceso de desaparición de la térmica. Así, considera que a la inversión directa en la demolición de las estructuras hay que sumar 11,65 millones de euros que la desaparición de la industria energética generará a las empresas de obra civil e ingeniería que participen en el proyecto.
Más allá, la memoria realiza un minucioso cálculo de la renta que todo este proceso generará a nivel local en construcción y obra civil: 6,2 millones de forma directa y 5,7 millones en actividad indirecta. En total 11,9 millones de euros, a los que hay que «completar con los efectos inducidos por las nuevas rentas en la expansión de las empresas de bienes y servicios o consumo».
Naturgy hace el siguiente cálculo de beneficio que para la economía local de la Montaña Central supone la desaparición de la térmica: una inversión de 11,9 millones, más 8,9 millones que supone que será el incremento de las rentas de las economías familiares de la zona durante el proceso más 7,15 millones en los que calcula el gasto en el consumo. En total, casi 28 millones de euros, «las rentas generadas en el ámbito local por las obras de demolición de la central térmica». Por lo que considera que el impacto el proyecto sobre la «socioeconomía de la zona será moderado y positivo». A los que hay que añadir la adecuación de una parcela aledaña que entre la inversión directa, indirecta e inducida calcula en otros más de 533.000 euros.