LA SIMA DE LARIO
El valor político del pozo Grajero
El homenaje a quienes murieron por sus ideas políticas y por la libertad del país atrae al público 21 años después de iniciarse
La memoria del pozo Grajero, de Lario, sigue presente en muchas personas. CAMPOS
Como cada año, y ya van 21, muchas personas se dieron cita ayer en el pozo Grajero, de Lario, para mantener vivo el recuerdo de todos aquellos que murieron por sus ideas y por la libertad.
El presidente de la Agrupación Pozo Grajero, Santiago Ordoñez, fue el primero en intervenir y señalar que este encuentro en el pozo Grajero es un acto político «como siempre reivindicó Mario Osorio, uno de los fundadores de la agrupación. Anaida del Campo, secretaria de la agrupación, volvió a recordar cómo fueron los momentos en que se descubrieron los restos de muchas personas en esta sima y las sucesivas incursiones en el interior. Precisó los problemas que tuvieron para sellar el pozo lo que al final «hicimos por nuestra cuenta».
Del campo manifestó que no hay que olvidarse de que los que fueron asesinados murieron «por un ideal, por una ideología. Nosotros pensábamos que eso era lo que había que rescatar. Hay que recordar desde el punto de vista familiar y sobre todo político».
Un asistente amante del alpinismo contó que junto con unos amigos había hecho un incursión en la sima antes de que lo hiciera el Greim en 1998 y pudieron contar once cráneos y una infinidad de huesos. Además, también se habló que sacar a la gente de las cunetas sigue siendo una de las vergüenzas de este país.