Se buscan urogallos
La "preocupante" situación de la subespecie obliga a continuar con nuevas actuaciones
Un agente medioambiental de la Junta, en el último programa de radiomarcaje. RAMIRO
La Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, dependiente de la Junta, promueve un nuevo plan para continuar con la Estrategia para la Conservación del Urogallo Cantábrico en España, un marco de actuación que tiene el objetivo de asegurar a largo plazo la conservación del urogallo cantábrico y su hábitat. La cordillera será el escenario de este programa que se desarrollará durante los próximos cuatro años y con el que se pretende seguir adelante con algunas de las actuaciones puestas en marcha, como la realización de trabajos de captura y radiomarcaje. También se realizará un seguimiento de estas aves, declaradas en peligro crítico de extinción el pasado mes de octubre por el Gobierno, y de las que apenas quedan 300 ejemplares en España.
La motivación de continuar con esta labores se basa en la «preocupante situación» en la que sigue la subespecie, por la que resulta «conveniente», según la Junta, seguir adelante con las iniciativas. La inversión para este nuevo proyecto ronda los 100.000 euros y se encuentra actualmente en fase de licitación para encargar el cometido a una empresa, aunque la Junta también está abordando el seguimiento de las especies en régimen de protección especial con personal propio de campo. El hecho de contratar los trabajos responde a «la actual carga de trabajo del personal propio» y la especifidad de los trabajos de seguimiento.
En los últimos años también se han abordado acciones de seguimiento y marcaje. Concretamente entre 2010 y 2016 las tareas se enmarcaron en el desarrollo del programa Life+ ‘Programa de acciones urgentes para la conservación del urogallo cantábrico y su hábitat en la cordillera’, y en los dos años siguientes con trabajos del programa impulsado por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente que dio como resultado la captura y marcaje de tres ejemplares de urogallo en la Zepa Alto Sil.
Además también se ha desarrollado el censo culminado el año pasado, a través de una estima genética de la especie en todo su área de distribución con la que se constató que el 80% de la especie sobrevive en León. Son 233 ejemplares que se localizan en las comarcas leonesas de Alto Sil y Omaña, mientras que el 20% restante (59) sobreviven en el suroccidente del Principado de Asturias.