La cosecha de cereal de invierno se queda en el 57% de la del año pasado
Las condiciones climatológicas son la causa de que el campo leonés finalice la campaña con una producción de cereales de invierno de 282.637 toneladas —cifra provisional de la Comisión Provincial de Estadística del pasado 26 de julio—, frente a las 489.646 del año anterior. Es decir, los agricultores han cosechado un 57% de lo recogido en la campaña anterior, que fue buena en superficies y rendimientos.
La superficie de siembra bajó de una campaña a otra cerca de 16.000 hectáreas. De 116.500 dedicadas a trigo, cebada, avena, centeno y triticale en la campaña 2017/2018 se pasó a 100.503 en la que finaliza ahora, en muy buena medida por la imposibilidad de acometer las siembras a consecuencia de las lluvias de noviembre y diciembre. Además, los agricultores veían los pantanos en muy buenas condiciones, mientras que un año antes se llegaba de una sequía que había dejado las reservas hídricas en mínimos históricos, por lo que los productores optaron entonces por cultivos con menos necesidades de agua. Así, este otoño se sembraron 5.000 hectáreas menos de trigo en secano y en regadío cayó en 9.300. Es precisamente la lluvia de principios de campaña lo que llevó a desviar producción a la cebada —de ciclo más corto que el trigo— o bien optar por dejar las tierras en barbecho en las áreas de secano o destinarlas a maíz, como refleja el récord de superficie obtenido esta primavera.
La falta de lluvia cuando se formaba el grano provocó la catástrofe en secano, con rendimientos estimados en 1.650 kilos en trigo de secano frente a la media de 3.000 kilos de la campaña anterior. En el regadío los rendimientos son buenos, ya que no han faltado reservas de agua. De esta manera se salva en parte una campaña que en el secano recuerda a la de 2017, cuando la producción se quedó en unas paupérrimas 184.232 toneladas de cereal de invierno, al arruinarse las cosechas por las importantes heladas de finales del mes de abril de ese año.
Menos de trigo
En trigo la cosecha se prevé en 184.967 frente a las 320.257 del año pasado, lo que supone un descenso del 42%. En las cebadas, el crecimiento de superficie con respecto al año anterior no enmascara el mal dato de producción: 60.923 toneladas, frente a las 78.157 que se recogieron hace un año; y en la avena se pasa de 59.174 toneladas a 71.490, en un cultivo que ha perdido poco más de 8.000 hectáreas.
También la tormenta del 9 de julio habrá influido en la merma de producción. Con cerca de 20.000 hectáreas afectadas, pilló a los agricultores leoneses con todos los cultivos en el campo. Fue mucha superficie afectada para un solo episodio, pero ni mucho menos justifica la importante caída del volumen de los cultivos de invierno como las causas ya apuntadas: otoño lluvioso en exceso, importante sequía a continuación y descenso de las siembras.