El uso de nitratos agrícolas infecta masas de agua en Gordaliza del Pino y el arroyo de Reguerales
En Castilla y León hay más de medio centenar de masas de agua, tanto superficiales como subterráneas, afectadas por la contaminación por nitratos de origen agrario, mientras que una decena más están en riesgo de estarlo en las cuencas hidrográficas competencia del Estado. Así lo dice el proyecto de orden ministerial elaborado por el Ministerio para la Transición Ecológica que determina las masas de agua afectadas, o en riesgo de estarlo, por esta contaminación difusa. El proyecto se encuentra sometido a consulta pública hasta el próximo 16 de agosto.
La identificación de estas aguas afectadas supone el paso previo para que las comunidades autónomas delimiten las zonas vulnerables a este tipo de contaminación y sobre las que se deberán adoptar medidas que reduzcan esa contaminación, que figuran en códigos genéricos de buenas prácticas y, sobre todo, en los programas de actuación sobre las zonas vulnerables. Las medidas específicas que deben incluir los programas de acción se refieren, entre otros requisitos, a la limitación de periodos en los que es posible la fertilización de las tierras, a las capacidades exigibles de almacenamiento temporal de abonos sólidos, a las cantidades máximas aplicables de fertilizantes o al registro de fertilización que deben llevar a cabo los agricultores, entre otras medidas. Un artículo de este real decreto determina que las aguas afectadas son aquellas que tienen una concentración de nitratos superior a 50 miligramos por litro, y en el caso de embalses, lagos naturales, charcas, estuarios y aguas litorales, que estén en estado autrófico o puedan eutrofizarse en el caso de que los órganos competentes de las comunidades no establecen programas de actuación para prevenir y reducir la contaminación causada por los nitratos de origen agrario. La determinación de aguas afectadas por la contaminación, según el Ministerio para la Transición Ecológica, sirve de base para la designación de zonas vulnerables, que deberán examinarse, y en el caso de que proceda, modificarse o ampliarse en un plazo adecuado y como mínimo cada cuatro años para tener en cuenta cambios y factores no previstos en el momento de la designación anterior. En el caso de las aguas superficiales, tras hacer el diagnóstico de la calidad de las aguas y evaluar las presiones de contaminación correspondientes al cuatrienio 2012-2015, se identificaron en España 278 estaciones con problemas de eutrofia o con elevadas concentraciones de nitratos susceptibles de ser declaradas como afectadas, en el caso de que la contaminación procediera de fuentes agrícolas. Este dato se remitió a las confederaciones hidrográficas, con la propuesta de mantener 54 de ellas en la declaración de aguas vigente y se incorporen a la nueva declaración un total de 224 estaciones. De estas 224 estaciones, 39 se encuentran en la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), donde se identificaron 22 estaciones en las que la contaminación procede de fuentes agrícolas, que corresponden a total de 21 masas de agua afectadas -13 correspondientes a ríos y ocho a lagos o embalses-. En el caso de las aguas subterráneas, y a raíz del estudio del mismo cuatrienio, se identificaron 1.038 estaciones contaminadas por nitratos, de ellas 830 afectadas y 208 en riesgo de estarlo en todo el territorio nacional. En el caso de la CHD, se estudiaron 134 estaciones, de las que se identificó contaminación en 86 en una treintena de masas de agua, mientras que en nueve se detectó riesgo de que puedan estar afectadas. Aguas superficiales En lo que a aguas superficiales se refiere, el proyecto cifra en tres las masas en riesgo de contaminación en Castilla y León, en concreto, dos en el río Hornija, y en el arroyo del Portillo, en la provincia de Valladolid. Por su parte, son una veintena las masas de agua superficiales afectadas, repartidas por todo el territorio autonómico. Se trata de puntos del río Tiétar y el río Voltoya en el embalse de Serones, en Ávila; el arroyo de los Reguerales (León); los arroyos de la Revilla y del Campanario, en Burgos; los arroyos del Cevico y de los Madrazos, en Palencia; los arroyos de la Vega y Jaramiel, en Valladolid; el río Malucas, en Segovia; el río Morón, en Segovia; el río Rivera de Gallegos, en Salamanca. También en la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) se cita al río Duero en los embalses de Villalcampo y San Román (Zamora) y San José (Valladolid); en el embalse de Villagonzalo (Salamanca) en el río Tormes; en el embalse del Águeda, en el río del mismo nombre, en la provincia de Salamanca; el arroyo de Riolobos en el azul de Riolobos, en Salamanca; y el embalse de Peces (Segovia). En la Confederación Hidrográfica del Tajo se identificó como contaminado el río Alberche, en las masas de agua de San Juan y Puente Nuevo; y en la Confederación Hidrográfica del Ebro, el río Reláchigo y la Laguna Larga, en ambos casos en la provincia de Burgos. Aguas subterráneas Algo mayor es la afección detectada en el caso de las aguas subterráneas, donde se contabilizan 33 masas afectadas en la Comunidad -30 de ellas en la CHD- y ocho en riesgo de ser víctimas de contaminación por nitratos agrarios, que se localizan en los municipios de Royuela de Río Franco, Hornillos del Camino, Villadelmiro, Los Balbases y Royuela de Río Franco, en Burgos; en La Fuente de San Esteban y Machacón (Salamanca); Vegas de Matute, Cuéllar, Cantalejo y Fuentepelayo (Segovia); Valdestillas, Matapozuelos y Medina del Campo (Valladolid); y Cañizo (Zamora). Las 33 masas de agua están repartidas por toda la geografía autonómico y afectan a todas las provincias. En concreto, la contaminación por nitratos se ha detectado en los municipios de San Miguel de Serrezuela y Cabezas de Villar, en el caso de Ávila; Cilleruelo de Abajo, Aranda de Duero, Santa María del Campo, Pedrosa del Páramo, Villaquirán de la Puebla, Villadiego, Torresandino, Villaescusa de Roa, Fuentespina, La Sequera de Haza y Padilla de Arriba, en el caso de Burgos; o Gordaliza del Pino, en la provincia de León. En Palencia, los municipios afectados por la contaminación de sus aguas subterráneas son Astudillo, Amusco, Villamediana, Antiguedad, Valle de Cerrato, Castroverde de Cerrato, Cevico Novero, Ampudia, Capillas y San Cebrián de Campos; en Salamanca se trata de Matilla de los Caños de Río, Cabrillas, Gomecello, Cabrerizos, Macotera, Valdecarros y Aldeadávila de la Ribera; en Segovia, la contaminación se encuentra en los municipios de Navalmanzano, Mozoncillo, Tabanera la Luenga, Segovia, Fuentepelayo, Aldeasoña y Adrada de Pirón. En Soria la contaminación se circunscribe a los municipios de Alpanseque, La Riba de Escalote, Fuentearmegil, San Esteban de Gormaz, Almenar de Soria, Morón de Almazán, Adradas, Villasayas y Fuentescantos; los municipios afectados por nitratos en sus aguas subterráneas en Valladolid son Cogeces del Monte, Campaspero, Fompedraza, Villanubla, Zaratán, Autilla del Pino, Corcos, Castromonte, Tordesillas, Bercero y Casasola de Arión; y en Zamora, Carbajales de Alba, Villaralbo, Roales y Villarín de Campos. Las masas de mayor afección tienen son las de Los Arenales, donde se ha detectado contaminación en los municipios de Aldeamayor de San Martín, Alcazarén, Iscar, la Pedraja de Portillo y Olmedo (Valladolid), en Cozuelos de Fuentidueña, Navas de Oro, Montejo de Arévalo, Codorniz y Martín Muñoz de las Posadas (Segovia). La otra masa de agua subterránea con mayor afección en la contaminación es la de Medina del Campo, que afecta a los municipios de Palacios de Goda, Donvidas, Rasueros y Cabezas de Alambre (Ávila) y de Valdesstillas, El Campillo y Carpio (Valladolid). |
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