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Conflictos en la montaña

Mastines: condenados a vivir con el lobo y con el senderista

Ganaderos y organizaciones ecologistas tratan de que el encuentro de los mastines que protegen los rebaños con los excursionistas no acabe en una mala experiencia e incluso en una denuncia contra los productores

Dos mastines siguen los pasos de unas vacas en la comarca de Laciana.

Publicado por
Ana B. Vázquez | León
León

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Llegada la época estival, son muchos los que huyen del trajín de las ciudades para refugiarse en la paz de los pueblos de la montaña. Las rutas y escapadas al campo suelen ser las actividades más usuales para disfrutar de la naturaleza, pero en ocasiones se originan conflictos por la presencia de algunos animales en estas zonas, especialmente con los mastines, como consecuencia de la poca familiarización de los visitantes con el medio rural y su entorno.

Estos perros, encargados de guardar y defender el ganado frente al lobo y otros depredadores que suponen una amenaza para el rebaño, transmiten una sensación de miedo a algunos de los senderistas por su gran tamaño —tienen un peso de alrededor de 80 kilos—, y por desconocimiento de cuáles pueden ser sus reacciones. Pese a la escasa probabilidad —casi nula, según los ganaderos— de que de este imponente cánido pueda atacar a una persona, en ocasiones los excursionistas denuncian su presencia en las zonas de la montaña por estos motivos.

El presidente de la Asociación de Ganaderos de la Montaña de León, Arsenio Rodríguez, detalló que durante el periodo vacacional se producen el 90% de las denuncias por el temor de los senderistas hacia el animal. La sanción oscila entre 300 y 600 euros, dependiendo del contexto de cada caso, aunque el recurso de la multa suele bajar su cuantía a 60 euros, indicó. «Desde hace dos años estamos intentando que se apruebe una ley de protección del mastín con el fin de que se considere al animal como una herramienta de trabajo y no sea visto como una amenaza por los turistas», explicó Rodríguez.La organización ganadera ya presentó la propuesta a la Junta y espera que los nuevos gobiernos autonómico y nacional consigan ponerla en marcha para terminar con esta problemática que perjudica notablemente a los productores que tienen a los mastines al cuidado de su rebaño y que constituyen, además, un elemento fundamental para garantizar la convivencia con el lobo en las zonas de la montaña.

 

Mastines en un praderío de León. La probabilidad de que un mastín ataque a una persona es prácticamente nula. JESÚS F. SALVADORES

Los ataques por parte de este animal al ganado de los productores en la provincia han aumentado el 21% en los dos últimos años según los datos facilitados por la Dirección General de Medio Natural de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta. Si en 2016 se registraron un total de 194 ataques denunciados en la provincia, en 2017 fueron 195, tan solo uno más. Sin embargo, en 2018 se contabilizaron un total de 235. En cuanto al número de animales afectados por las incursiones del lobo en la provincia de León, en 2016 fueron víctimas del cánido salvaje 185 cabezas de ganado menor y 145 de ganado mayor; en 2017 se denunciaron las pérdidas de 148 ejemplares de ganado mayor y 129 de menor. Y en 2018, las bajas fueron de 198 cabezas de ganado mayor y 157 de ganado menor.

Es por ello que con la presencia del mastín en la montaña los ganaderos buscan evitar que se incremente el número de ataques a las cabezas de ganado que se encuentran en la montaña leonesa.

Para facilitar el buen entendimiento de todos en el ámbito rural, la asociación de ganaderos sugiere a los excursionistas no aparcar sus vehículos en zonas de acceso del ganado (abrevaderos, sesteaderos, caminos de acceso, naves ganaderas, etc.), evitar exponer ante la presencia de los cánidos bolsas de plástico —ya que son un señuelo que el ganadero usa para darles su alimento—, y cerrar las cercas o vallas en caso de haberlas abierto, puesto que mantienen al ganado en el lugar correspondiente.