Un oso pardo en la basura
A. Domingo | Redacción
El vídeo ha saltado de móvil en móvil por las redes sociales y las aplicaciones de mensajería instantánea, como si de un éxito del grupo Un Pingüino en mi Ascensor se tratara. Y es que sorprende ver a todo un gran carnívoro, emblema de la Cordillera Cantábrica, alimentándose en un contenedor de basura, como si le hubieran desahuciado de la montaña.
El hecho supone un hito: el alcalde de Villablino, Mario Rivas, afirmó ayer que se trata de la primera vez que se tiene constancia de la presencia de este animal en el casco urbano de Villablino, capital de un valle de Laciana que ve cómo la recuperación de la especie ya había atraído al depredador a sus pedanías. En algunas, como en El Villar de Santiago, incluso con descaro.
El ejemplar apareció en la madrugada del domingo en el barrio de Las Rozas, en las inmediaciones del cementerio, sobre el contenedor, enfangado en la tarea de remover los restos y sin inmutarse ante la presencia de unos vecinos, que entre el miedo y la sorpresa, acertaron a grabar la escena con el teléfono. Por la conversación —entre ayes— que acompaña a las imágenes parece que uno de los presentes da parte a las fuerzas de seguridad de la inhabitual presencia. El regidor señaló, sin embargo, que la Policía Local no recibió el aviso, si bien la llamada, si se produjo, pudo dirigirse a la Guardia Civil o al 1-1-2.
«Ay, pues mira: hay huesos del arroz con costilla. Igual le hacen juego», comenta un testigo. Y, efectivamente, el oso en cuestión no marchó con el estómago vacío. Más carroñero que cazador, había encontrado un banquete para ponerse las botas. Y eso es lo que preocupa, que el ejemplar se acostumbre a alimentarse de lo que desperdiciamos las personas y se acostumbre a la presencia humana. Sería tanto como convertir un animal salvaje en un caprichoso nini, pues el ejemplar es joven. Por esta razón, el Ayuntamiento de Villablino dio parte al Servicio de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León y a la Fundación Oso Pardo (FOP) para que tomen las medidas necesarias con el fin de que el animal no adquiera hábitos indeseados, explicó Rivas.
En una nota de prensa, la FOP calificaba el suceso como «anecdótico pero previsible». En la Cordillera Cantábrica «apenas se había detectado este comportamiento hasta ahora, pero la recuperación del número de osos en los últimos años hacía previsible que pudiera ocurrir», señala. La fundación recomienda vigilar el lugar para comprobar si regresa, retirar la basura de ese contenedor y de otros cercanos y, si se produce una reincidencia, activar el protocolo para casos de habituación.