Los cazadores creen que el fallo les beneficia para poder actuar al sur del Duero
Pese a que con esta interpretación del tribunal europeo parece bastante complicado lograr encontrar una situación en la que pudiera quedar justificada la caza de especímenes de lobo incluso al norte del Duero, donde sí es especie cinegética, la Fundación Artemisán interpreta que el fallo abre la puerta al control de poblaciones del lobo al sur del Duero, mediante acciones cinegéticas por parte de cazadores. En un comunicado, valora que la sentencia reconoce que «no es contrario a la Directiva» que se autorice la caza como «forma de gestión de las poblaciones de determinadas especies protegidas como el lobo, siempre que se haga por la vía de la excepción y que se justifique que no existe otra solución satisfactoria y que tal excepción no perjudicará el mantenimiento de las poblaciones de las especies en su área de distribución natural».
En ese sentido, insiste en que esto podría ser de aplicación al sur del río Duero, donde el lobo es una especie protegida, por lo que su caza está prohibida. Sin embargo, Fundación Artemisan asegura que sus poblaciones han aumentado «de forma muy considerable» y están produciendo «importantes daños a las ganaderías de la zona».
En este momento, para evitar los daños, las autoridades competentes autorizan de forma limitada un control de poblaciones que solo pueden realizar los agentes forestales. Según alega el colectivo cinegético «no debería haber inconveniente» en que este control de poblaciones a través de la caza lo hagan los propios cazadores.