Sortean normas centenarias para votar la modernización del regadío

A. Domingo | Redacción

Igual que el agua encuentra siempre el lugar el que abrirse el camino así ha tenido que actuar la Comunidad de Regantes de los Tres Concejos —incluye explotaciones agrarias de todo el municipio de Riego de la Vega y de las localidades de Castrillo de las Piedras y Carral, en el vecino Valderrey— para someter mañana a votación la posibilidad de modernizar sus 750 hectáreas de terreno cultivable. La junta directiva de los comuneros ha recurrido al Reglamento de Dominio Público Hidráulico para realizar la consulta, en una entidad que se rige por unos estatutos «aprobados por Real Orden de 30 de abril de 1915, si no recuerdo mal» y redactados en un marco legislativo sobre el uso del agua del último cuarto del siglo XIX, explicó el presidente de la entidad, Benjamín Toral Fernández, que apunta que el germen de esta comunidad se sitúa «alrededor de 1902 o 1903».

Con la dificultad que entraña adelantar un resultado, si este fuera positivo empezará el trámite administrativo para la reconcentración de las parcelas y la redacción del proyecto de modernización por el que la zona «dispondrá de los regadíos con la tecnología más avanzada de España y la Unión Europea», después de sortear unos estatutos «que impiden votar a las mujeres» y cuya modificación no ha sido posible «pese al esfuerzo del anterior presidente, Martín Martínez Pérez», ya que es precisa una mayoría cualificada de dos tercios para que el acuerdo sea posible. En los distintos intentos ha resultado imposible alcanzar este nivel de representatividad y no porque se buscara el bloqueo de la iniciativa —aunque detractores a este proceso hay en todas las comunidades— o faltase interés, sino porque «la mayor parte del padrón ha fallecido», sin que este se haya actualizado como debía, dado que los herederos de los comuneros «han seguido pagando los recibos» que emitía la longeva comunidad de regantes.

Conseguir una votación regida por el Reglamento de Dominio Público Hidráulico no ha sido tarea fácil. «Se presentaron un buen número de impugnaciones, que ha resuelto la Confederación Hidrográfica del Duero» (CHD), cuyo gabinete jurídico «nos ha prestado un apoyo constante», señalo Toral.

Si el resultado de mañana resulta favorable, «se comunicará a los ayuntamientos de Riego de la Vega y Valderrey, para que soliciten la concentración parcelaria, y, a partir de ahí, seguir el camino que nos marquen», pero Toral sabe que el procedimiento administrativo no será sencillo ya que en un mismo punto del río Tuerto «se surten de agua un total de 1.800 hectáreas» de una vega de fértil terreno —para muchos agricultores y técnicos, es aquí donde se encuentran los mejores suelos de la provincia para la agricultura—.

Nudo hidráulico

De la toma del Tres Concejos cogen agua también los regantes de Toralino de la Vega, Toral de Fondo, San Félix, Villarnera e incluso Palacios de la Valduerna y Santa Colomba de Vega. Algunas de estas comunidades, señaló Toral, han aprobado ya el proceso de modernización, aunque el proyecto, por mucho más antiguo, está más avanzado en Villarnera. Cambiar el punto de toma supone tramitar la modificación de características de la comunidad que lo solicita y, por tanto, un tiempo en tramitación no precisamente breve.

En un valle como el del Tuerto la diferencia entre modernizar o mantener la situación actual, de riego tradicional es tanta como disponer en el embalse de Villameca «de agua suficiente para los cultivos que más agua consumen, como el maíz o la patata, o seguir con las circulares que, más o menos desde el año 2000, envía cada campaña el sindicato central del embalse, en las que insta a que se siembre la mitad de la superficie de cereal de invierno», a fin de guardar la mayor reserva posible para el verano. Frente a esta postura, en el Tuerto existe «un grupo de agricultores jóvenes» que apuesta por cultivos de regadío «como la patata y hortícolas como la cebolla, más rentables», que exigen una nueva gestión del agua. Así, quienes han optado por la siembra de cebolla, se encuentran que en el Tuerto solo se permite regar cuando el cereal lo requiere, «pero no para las nascencia» de la cebolla o la zanahoria», por ejemplo.