Azucarera anuncia el final de la crisis de precios y se lanza a recuperar remolacheros

Cerca ya —si la lluvia lo permite— de que comiencen las entregas de remolacha en la fábrica de La Bañeza en la que es la primera campaña con parte del precio de la materia prima sujeto a la evolución del mercado europeo del azúcar, Azucarera da por superada la crisis de precios que provocó el fin del sistema de cuotas nacionales en la Unión Europea y se plantea recuperar a los remolacheros leoneses que dejaron de entregar su producción en la molturadora bañezana.

Si hace once meses la compañía presentaba un nuevo modelo de contratación distinto al firmado en el Acuerdo Marco Interprofesional (AMI) del sector ante las pérdidas millonarias que arrojaba en los últimos dos años —37 y 45 millones de euros en las campañas cerradas en 2017 y 2018—, «ahora nos toca hablar de que hemos superado la crisis desde una doble vertiente: la del precio del azúcar, superamos ya ampliamente los 400 euros, y de rendimientos de la remolacha, pues después de tres años malos, hemos vuelto a rendimientos normales», aseguró la directora del Área Agrícola de la compañía, Salomé Santos, consciente de que el hundimiento del azúcar no sólo se tradujo en números rojos en las cuentas de la compañía, sino también en una reducción de las hectáreas sembradas y, en especial, de la superficie contratada por Azucarera para ete año.

De ahí que el objetivo de la filial de Associated British Food (ABF) pase por «recuperar esas 1.000 hectáreas de remolacha que se han sembrado este año en León y se han contratado con Acor». Santos invita a los agricultores que abandonaron Azucarera «a que calculen con nuestro equipo sus ingresos si hubieran contratado este año con nosotros» y, en vista del resultado, retomen su relación comercial con Azucarera «si lo estiman oportuno».

Un empuje de dos años

De lo que no duda la industria es de que el nuevo modelo de contratación «está para quedarse. Afortunadamente, esta campaña va a dar unos ingresos muy razonables al agricultor porque el azúcar esta subiendo. Y aún lo hace de forma moderada», asegura la directora agrícola, que espera que el repunte de precios «se consolide y vaya todavía a más en la campaña 2020/2021, de manera que el complemento de precio sea aún superior». Como se recordará, Azucarera ha establecido un suplemento de precio de 1,8 euros por tonelada de remolacha, al estimar que el precio medio del azúcar durante esta campaña se situará en 445 euros por tonelada. Se espera que la tendencia alcista se mantenga porque «muchos de los contratos en Europa se firman a dos años. De ahí que el precio de los que se están cerrando ahora influyan también en la próxima campaña».

Azucarera insiste en defender su sistema de pago al productor por «su adaptación a los distintos escenarios: ofrece una rentabilidad mínima al agricultor —26 euros— incluso en los años en los que la tonelada de azúcar está por debajo de 400 euros y esta empieza a crecer a partir de este valor». Santos no comparte la máxima de que el agricultor que abandona el sector nunca vuelve: «los datos la contradicen. Tenemos muchos remolacheros, especialmente de la fábrica de La Bañeza, que abandonaron el cultivo hace muchos años y han vuelto a sembrar, precisamente por la nueva propuesta comercial, añadida a los servicios que prestamos y por una organización de las entregas es distinta, que deja muy poco tiempo la remolacha en los montones».

El Área Agrícola de Azucarera llama a la puerta de los antiguos remolacheros a pesar de que muchos de ellos y también quienes se mantienen en el sector recuerdan ingresos de más de 50 euros por tonelada. «Cobraban muchísimo más», reconoce Santos, «pero también es verdad que los rendimientos eran mucho más bajos y las tareas, menos mecanizadas, exigían un trabajo físico muy duro». El recuerdo de estos precios «hace que la nueva propuesta comercial sea más difícil de entender, porque pesa mucho la historia. Pero eso no quiere decir que los agricultores no sepan hacer números y si les conviene o no sembrar», matiza.

El viaje a Olmedo no es rentable

Salomé Santos aseguró que transportar la remolacha de León a la molturadora de Olmedo (Valladolid) no es rentable. «Por eso Acor ha buscado un acuerdo» para que La Bañeza moliera la remolacha producida en León y contratada con la azucarera vallisoletana. La directora agrícola de Azucarera apuntó que el cultivo compartido ha subido en la zona norte y alcanza las 800 hectáreas en la fábrica de La Bañeza sobre un total contratado de 6.700 hectáreas —remolacha producida en León y Zamora—. Una Encuesta previa al AMI Santos anunció que el sector negociará un nuevo acuerdo marco interprofesional (AMI), que simplificará la relación entre el agricultor y la industria, razón por la que se realiza una encuesta a los agricultores «sobre algunos aspectos que podrían mejorarse desde un punto de vista técnico a partir de la campaña 20/21». Azucarera quiere llegar «a más del 80% de los agricultores» para consensuar los cambios con las organizaciones agrarias. El AMI afectará a aspectos sobre las entregas de remolacha, como, por ejemplo, los descuentos —aplicar una media según el histórico de cada productor—. Azucarera niega que la nueva contratación se encamine a eliminar la interlocución con los sindicatos.

 

Un complemento un 1% mayor para quienes confiaron en la empresa

 Azucarera incluyó en la contratación de esta campaña ventajas para los agricultores que le entregasen su producción en la campaña del cambio. aunque no las concretó. Ahora, la directora del Área Agrícola ha propuesto a los colectivos remolacheros que estos cultivadores reciban un mayor complemento de precio si continúan sembrando en los próximos dos años: «el complemento vinculado al precio del azúcar será para ellos del 5% en vez del 4%. Esto significa que si el precio del azúcar está este año en 445, el complemento correspondiente es de 1,8 euros, pero quienes siembren en las próximas dos campañas recibirían 2,25 euros en el momento en el que siembren en la campaña 20/21. Es la forma de reconocer el esfuerzo a los agricultores que confiaron en Azucarera en un momento especialmente difícil». Santos sostiene que nunca se pensó en que la fábrica de La Bañeza ni ninguna otra de la zona norte llegara a no abrir este otoño. Con una previsión de aforo de 300.000 toneladas —alrededor de un tercio de su capacidad— la molturadora leonesa está «dimensionada para ser eficiente en costes con menor aforo, como demuestra que abrimos esta campaña», aunque la compañía busca más hectáreas: «es lo que pretendemos con la recuperación de los agricultores que hemos perdido y con la incorporación de otros nuevos». Santos indicó que el aforo estimado para La Bañeza «es bastante prudente y esperamos que se supere», gracias al buen año y a las lluvias de los últimos días, que permiten a la raíz ganar peso y riqueza. Santos señala que la remolacha mantiene su carácter de cultivo seguro, porque garantiza «un precio mínimo y eso no ocurre con otros cultivos», permite la rotación para «mantener la calidad del suelo, genera beneficios medioambientales» y su tecnificación «da más seguridad en cuanto a conseguir rendimientos razonables».