Huérfanos de padres, no de amor

Rutto y Christine, responsables del orfanato Bamba Projet ubicado en la provincia de Kabarnet (Kenya), visitaron esta semana el CRA de Hospital de Órbigo para explicar sus proyectos y hablar de la vida del orfanato. El centro escolar de Hospital lleva tres años destinando lo recaudado en su Carrera Solidaria a la ONG Bamba que actúa en esta zona, de ahí que Rutto y Christine hayan querido agradecerles personalmente su esfuerzo y solidaridad en favor de aquellos niños que tanto lo necesitan.

Los invitados fueron recibidos por niños y profesores y participaron en una asamblea en la que los más pequeños les hicieron un sin fin de preguntas sobre la vida del orfanato, las actividades que realizaban, las instalaciones con las que contaban, que destino le daban al dinero que recibían de las donaciones, cuántos niños cuidaban y cuáles eran sus nombres, etc. Durante más de una hora compartieron experiencias y los niños pudieron poner cara a las personas responsables del orfanato en favor de quien ellos realizaban su Carrera Solidaria. Ha sido un encuentro inolvidable para todos y que anima a los niños a repetir la actividad que vienen desarrollando en estos últimos años.  

Esta actividad está encuadrada dentro de un conjunto de visitas que Rutto y Christine están realizando en España para conocer personalmente a sus colaboradores y que les está llevando a visitar en la provincia, La Bañeza, Astorga, el Colegio Martín Monreal de Veguellina y el CRA de Hospital. Además de las Carreras Solidarias realizadas por estos dos colegios, las donaciones provienen de otras múltiples actividades, aportaciones privadas, apadrinamientos (el 33% de ellos en nuestra provincia, compra de productos elaborados por las mujeres que también dependen del orfanato, etc.  

El orfanato Bamba Projet acoge a niños huérfanos o que sus padres, por algún motivo, no los pueden cuidar. Rutto y Christine, desempeñan la función de papás y se encargan de cuidarles. Bamba es el hogar de estos niños, es una «gran familia» y como tal consideran y tratan a todo el que los visita, convirtiendo el viaje a su casa en una experiencia inolvidable.  

El orfanato lleva diez años funcionando y ha ido creciendo y mejorando. La puesta en marcha del Orfanato fue iniciativa de Rocío, una chica mallorquina que viajó a ese país, conoció a Rutto y a Christine, y juntos, valoraron la posibilidad de crear este orfanato para poder cuidar a niños que tenían necesidades y no eran atendidas.  

Cada año, son muchos los viajeros que les visitan y colaboran allí, bien ayudando en las tareas del orfanato, bien mejorando las instalaciones o bien a través de donaciones o el pago de la estancia allí.  

Este centro se sostiene con donaciones que hacen las personas que lo van conociendo y que desean colaborar, y que cada vez son más. Paellas solidarias, mercadillos o la carrera son ejemplos de ello. Hay que decir que el dinero que se recauda se envía, y llega, íntegro para ellos. Las personas que gestionan el Orfanato y las ayudas son voluntarias.