Especial Santa Bárbara
Las comarcas mineras buscan la veta del fondo millonario de la UE
Sin explotaciones y sin térmicas, las cuencas se encomiendan a las ayudas para la reconversión económica de la 'transición justa'
Hace casi un año que se cumplió la sentencia europea de la descarbonización para las cuencas mineras españolas, que en León se ha traducido en el cierre definitivo de todas las explotaciones y el anuncio de desmantelamiento de las centrales térmicas. Se buscan compromisos y proyectos alternativos a ambas cuestiones, se repite el mantra de que la transición energética será justa, pero de momento poco hay concreto para el futuro de las comarcas en reconversión. Planes, negociaciones y estrategias sí. Realidades, de momento, contadas.
Aunque algunas muy prometedoras, como la nueva realidad de la minería y el carbón leonés que pergeña el Centro Internacional de Materiales Avanzados y Materias Primas (Icamcyl), ubicado en el Parque Tecnológico de León y que avanza proyectos que tendrán una importante repercusión económica y de empleo en las cuencas.
De momento lo que está claro es que la economía leonesa cierra ahora más de un siglo de especialización energética en generación con carbón, y que confía en posicionarse para acceder a una parte sustancial de los fondos que tanto el Estado como la Unión Europea compromete con las regiones afectadas por el fin de la industria del carbón.
La minería cerró a finales del año pasado el Acuerdo Marco para la Transición Justa de las Comarcas Mineras (2019-2027) y la mesa formada con los sindicatos para el seguimiento de los acuerdos camina lentamente sin aparentes avances, más allá de los temas sociales (fundamentalmente prejubilaciones de los trabajadores de las minas, con la polémica de la situación de los de las subcontratas y el compromiso de que encuentren empleo en las labores de cierre ordenado de las explotaciones y recuperación medioambiental).
En febrero se presentó la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, con la Estrategia para la Transición Justa como una de sus principales herramientas. El presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, comprometió entonces que la citada transición se realizará a través de convenios de transición para el cierre de las minas y las térmicas, para que «tengan impacto cero sobre el empleo y la población al final del proceso». Anunció acceso prioritario a la financiación e incentivos fiscales, entre otras medidas.
La parálisis política y presupuestaria tampoco ha permitido avances significativos en este sentido.
En todo caso, las mayores esperanzas de las regiones mineras están puestas en los millonarios fondos que la Unión Europea pondrá al servicio de la reconversión de estas zonas en el marco presupuestario 2021-2027, cuyas líneas estratégicas se negocian en este momento.
La Comisión Europea ultima la estrategia que se refiere específicamente a las comarcas del carbón, la fuente de generación contaminante de la que primero se ha deshecho el proyecto de descarbonización europeo (y en el que España camina aún más adelantada).
Este fondo específico, si se confirman las previsiones actuales, estará dotado con 5.000 millones de euros, del total de 35.000 millones que está previsto destinar a este proceso de transformación energética de la economía de la Unión. Seis regiones en España (entre ellas Castilla y León) y unas 50 en total se han apuntado ya en la lista de candidatas a invertir estos fondos en su territorio. No sin polémica, ya que las comarcas más afectadas temen que los criterios para acceder a las ayudas amplíen la posibilidad de optar a ellas de zonas no tan afectadas por los cierres. En todo caso, a más candidatos a las ayudas menor será la cantidad a la que cada uno de ellos pueda optar.
Precisamente para defender los intereses de las comarcas mineras se creó la Plataforma de Regiones Carboneras en Transición de la UE, impulsada entre otras por Castilla y León, Asturias y Aragón. Tres de las 14 regiones que acaban de firmar la Declaración de Görlitz, en la que exigen reforzar los fondos que la Comisión Europea que acaba de tomar posesión destine a la generación de un nuevo modelo económico en estos territorios.
Un documento en el que lamentan la «eliminación prematura» de la generación energética con carbón en países como España, y exigen que esta decisión se compense adecuadamente con más fondos y criterios de reparto que prioricen los proyectos de estas zonas frente a los de otras regiones que, en situaciones de transición pero con una problemática social y económica menor, pretendan acceder a la mayor parte de los fondos.
Las regiones en transición pretenden que se formalice la deuda que el conjunto de la economía tiene para con los territorios que han generado durante más de un siglo energía a través del carbón, y advierten de la dramática situación social y de empleo que padecen las cuencas. Reclaman también que la CE cuente con esta plataforma como asesor para decidir las cuestiones técnicas de reparto de las ayudas; de forma que la transición justa a una economía «moderna y baja en emisiones» no se haga dejando al margen a comarcas que exigen un cambio económico estructural imposible sin una sustanciosa inyección de fondos públicos. Que entre otros destinos tendrá el reciclaje de los trabajadores afectados por la reconversión y la atracción de nuevos proyectos que exijan empleo cualificado, que deberá promocionarse también en estas zonas.
Icamcyl
El futuro de las comarcas mineras leonesas se escribe también desde hace meses con el proyecto del Icamcyl, que desarrolla iniciativas punteras a nivel internacional para poner en valor en el nuevo escenario económico, de investigación y de valorización de residuos la herencia minera leonesa. Iniciativas que se desarrollarán fundamentalmente a través de los centros previstos para El Bierzo y La Robla, y cuyas principales líneas de actuación van dirigidas a la producción de materiales tecnológicos de base de carbono a partir del carbón, recuperación de materias primas críticas que están abandonadas en las escombreras, especialización inteligente de las investigaciones, desarrollo de ecosistemas de innovación basados en la puesta en valor de las materias primas abundantes en la provincia y la Comunidad,...
El proyecto de La Robla es el que está más adelantado, y está destinado fundamentalmente a la investigación y muy directamente ligado a la Universidad. El del Bierzo tiene además una clara proyección internacional, generará más empleo y su trascendencia para la comarca será más palpable en un primer momento.
Los proyectos presentados hasta el momento cuentan ya con el respaldo de los fondos y programas europeos, y pretenden que el impulso del centro de competencias que es Icamcyl se traduzca en un potencial de desarrollo para las empresas locales, a la vez que un tractor de nuevas iniciativas y de empleo cualificado a estas zonas hasta ahora mineras, y que ahora lo serán de manera muy diferente.
Polos de innovación de ciencia básica y de extracción de los tan codiciados materiales críticos que generarán empleos cualificados y que plantean asentar la base sobre la que crecerá la nueva economía de las cuencas.