Camino de Santiago Francés
La Cruz de Ferro de Foncebadón pasará a ser un espacio de espiritualidad universal
La donación de un peregrino anónimo que alcanzó allí la paz financia gran parte del proyecto de remodelación
Uno de los puntos más emblemáticos del Camino de Santiago Francés que transcurre entre Astorga y Molinaseca atravesando la Maragatería es la Cruz de Fierro. El punto más alto del Camino con una cota de 1.500 metros de altitud entre Foncebadón y Manjarín, en el municipio de Santa Colomba de Somoza, se ha consolidado como un lugar cargado de misticismo, donde los peregrinos depositan una piedra del Camino en la base de dicha cruz.
La Cruz de Ferro se ha convertido en un hito en el Camino de Santiago, ya que además de peregrinos, son muchas las personas que únicamente se aproximan a Foncebadón a conocerla porque se ha convertido en uno de los referentes más significativos de la espiritualidad. La gran densidad de gente que visita este punto ha provocado un importante deterioro en la zona y con la pretensión de protegerla y dotarla de unos servicios mínimos, que permitan reforzar este espacio espiritual con mayor universalidad abierto a todas las religiones, el Ayuntamiento llevará a cabo un proyecto con una serie de actuaciones para su mejora.
El conjunto del proyecto de formar un espacio de espiritualidad universal en la Cruz de Fierro será posible gracias a la donación de un peregrino extranjero —que quiere mantenerse en el anonimato— que trasladó al Ayuntamiento la idea de crear este lugar de misticismo porque cuando estaba realizando el Camino de Santiago Francés encontró en la Cruz de Ferro el lugar de espiritualidad y de paz que buscaba. En cuanto al proyecto, será realizado en dos fases. La primera fase contempla toda la adecuación del entorno de la cruz y la creación de la capilla ecuménica y tendrá un coste de 150.000 euros —pagados en mayor parte por la aportación del peregrino y con fondos propios del Ayuntamiento— que se espera que puedan estar finalizados para julio o agosto si se cumplen los plazos establecidos. La segunda fase incluye el aparcamiento y los servicios, aunque todavía la actuación está por determinar.
Protección del montículo
Así lo dio a conocer ayer el alcalde de Santa Colomba de Somoza, José Miguel Nieto, que explicó que «las actuaciones van encaminadas especialmente a proteger el montículo de piedras generados por los peregrinos en la base de la Cruz de Ferro que se encuentran en un estado muy deteriorado por el acceso de motos, quads y todoterrenos llegando las piedras casi hasta la carretera por los corrimientos».
Para proteger el montículo de piedras, se edificarán unos pequeños muros de piedra de 70 centímetros alrededor de la cruz par evitar que los vehículos puedan tener acceso, direccionando al peregrino y ordenando el acceso peatonal a la base de la misma. Asimismo, se desplazará dos metros el trazado de la carretera LE-142 eliminando el arcén lateral y la cuneta de la base de la cruz para crear más espacio entre el montículo de piedras y la calzada. A mayores, se prevé un adoquinado de la carretera colindante a la Cruz de Fierro para producir una zona de tráfico lento.
El alcalde, José Miguel Nieto, explica el proyecto. RAMIRO
Por otro lado, a los alrededores de la base se proyecta proteger y delimitar la cruz con una masa vegetal y con una lámina de agua con diferentes tipos de profundidad donde los peregrinos puedan refrescarse y descansar sus pies en un banco semicircular. Además, se plantea el acceso a la base de la cruz a través de una pasarela aérea —de 8,5 metros de altura y un 8 por ciento de pendiente— de madera y acero con la mínima presencia pero con tamaño suficiente para generar una circulación de ida y vuelta.
A mayores, la idea es crear una zona ajardinada en el bosque formado en la parte posterior de la ermita de Santiago habilitándolo como una zona de descanso; mientras que al otro lado de la carretera la intención es generar una zona de aparcamientos, para unos tres autobuses y para 20 coches —protegidos por masa forestal— donde también se pueda instalar una zona de servicios que aloje aseos para los peregrinos, así como un almacén para mantenimiento y un espacio para una persona que se encargue del mantenimiento de todo el conjunto.