La Bañeza
Vídeo | No cabía un alma más para honrar a Don Carnal
Más de 3.000 personas de la ciudad y de la comarca repartidas en un total de 61 grupos empequeñecieron ayer las calles bañezanas durante el Gran Desfile de la mascarada logrando llenar de colorido cada rincón
El Carnaval no se puede entender sin La Bañeza. Ni La Bañeza se pueden entender sin el Carnaval. Dos premisas, que unidas, se convierten todavía más imparables. Ayer volvió a quedar demostrado que la ciudad bañezana es el lugar carnavalero por antonomasia de toda la provincia de León. No hay ni un sólo rincón de la provincia que pueda alcanzar la pasión con la que se celebra y se vive la mascarada en La Bañeza porque ya es una fiesta con seña de identidad y esencia propia.
En una tarde que comenzó cálida pero de la que se fue apoderando el frío, la ciudad bañezana celebró ayer una de las citas más esperadas de todo el Carnaval con la que no hay fenómeno que pueda. El Gran Desfile no defraudó a nadie. Una cita en la que los grupos participantes buscan superar año tras año el disfraz de la pasada edición y en la que volvió a quedar patente que los bañezanos guardan en sus chistera trucos de sobra para lograrlo.
Más de 3.000 personas, de todas las edades, inundaron La Bañeza de disfraces en un desfile que contó con un total de 61 grupos, entre los cuales 26 portaron carroza. Consecuencia de ello fue que las calles de la ciudad se quedaron pequeñas para albergar a tan número ingente de personas disfrazadas, pero de forma literal; ya que el grupo de las Mujeronas —que siempre encabeza el desfile— finalizó su recorrido antes de que el último grupo iniciase su trayecto.
Un desfile, que pese al abultado número de participantes, tenía una clara protagonista: la musa del Carnaval 2020. Un ‘reinado’ de la mascarada que en esta edición tuvo la suerte de vivir la bañezana Judith García Turrado a los 37 años y consiguiendo cumplir un sueño de la infancia que a estas alturas ya no esperaba disfrutar.
Todo tipo de disfraces
Se pudieron ver hormigas, egipcios, indios, buzos, tribus, loros, caramelos o arcoíris, entre otros
Una experiencia que Judith aprovechó al máximo y con la que no pudo contener las lágrimas de alegría minutos previos del comienzo del desfile cuando todos los integrantes de su grupo Duerna, disfrazados de tribu, coreaban su nombre y la felicitaban mientras ella ya estaba en lo alto de su carroza. Una vez arrancado el desfile, sonriendo y bailando, su felicidad radiaba a las miles de personas que se congregaron en La Bañeza para ver un Carnaval que se merece con creces la declaración de fiesta de Interés Turístico nacional.
Pese a que muchos focos apuntaran a la musa, muchos otros se fijaron los tres millares de participantes que lucieron una gran variedad de disfraces. Desde brujas, sirenas, vikingos, egipcios, muertos mexicanos o indios hasta hormigas, loros, ninjas, murciélagos, buzos, globos o piruletas y caramelos, entre otros, fueron muchos de los trajes que se pudieron ver el desfile que llenaron de un inmenso colorido cada rincón de la ciudad bañezana por el que pasaron.
Un colorido por las calles creado por la gran cantidad de confeti que tiraron en todo momentos los numeros niños que participaron en la mascarada que, un día más, se lo volvieron a pasar en grande. Todo ello junto a mucho baile y alegría, ya fuera al ritmo de las pegadizas canciones de las charangas o al son de la música de los potentes equipos de sonido que llevaban algunos grupos en sus carrozas.
Un mascarada con esencia propia porque de nuevo no volvieron a faltar esos bañezanos —por individual o en grupo— con sangre carnavalera en sus venas que durante el desfile dieron rienda suelta a la improvisación creando el verdadero Carnaval genuino y espontáneo que es el auténtico ADN de La Bañeza. Entre los ejemplos, el plató de la Resistencia abandonó el Teatro Arlequín de la Gran Vía de Madrid para hacer reír al público del Carnaval bañezano; se dejó ver un Reino de León cojo y malherido al que le dio más de un bastonazo Castilla la Vieja; un médico turco ofreciendo inmediatos trasplantes de pelo; el flautista de Hamelín al que no le hacía mucho caso su ratón; o la misma hermosa chica que el Sábado de Chispas lavaba coches en la plaza Mayor portando el cartel una carrera de motos en La Bañeza que en su día generó una gran polémica.
ADIÓS A DON CARNAL
Tras cinco días repletos de juerga, los bañezanos se verán obligados hoy a despedir a Don Carnal hasta el próximo año. Para hacerlo más llevadero, como cada año, se celebrará el Entierro de la Sardina para despedir el Carnaval y dar inicio a la cuaresma. El cortejo fúnebre comenzará hoy a las 20.30 horas desde el bar Industrial.
El gran desfile se ha celebrado desde las 17.00 horas.