Segundo Congreso sobre la Despoblación
Diario de León implica a políticos, colectivos y empresas en revertir el éxodo poblacional
En seis mesas redondas y diez ponencias se analizarán los retos y las soluciones que necesita abordar la provincia
León ha perdido 120.000 habitantes desde 1960, el año en que alcanzó su máximo registro de población, con 584.594 censados. Desde entonces, lo que comenzó como un goteo paulatino de pérdida poblacional se ha convertido en un éxodo imparable que aumenta sus cifras año tras año. Analizar causas de esta sangría y poner en común estrategias para frenarla es el motivo de la celebración del segundo Congreso sobre la Despoblación que DIARIO DE LEÓN organiza en Benavides de Órbigo los días 26 y 27 de marzo. En las dos jornadas se celebrarán diez ponencias y seis mesas redondas sobre diferentes temáticas relacionadas con el proceso demográfico que está experimentando la provincia y se unirán las ideas y planteamientos de responsables políticos municipales, provinciales y autonómicos con las aportaciones de colectivos empresariales y agrarios y con empresas que han demostrado su empeño por trabajar en el medio rural.
Sinergias
Con esta iniciativa, que da continuidad al primer Congreso sobre la Despoblación organizado por el periódico en mayo de 2018, DIARIO DE LEÓN pretende dar luz al futuro de esta provincia, con el convencimiento de que no todo está perdido para revertir la tendencia y que aún hay esperanza para que los leoneses tengan oportunidades en su tierra.
Para analizar este proceso hay que reconocer que es urgente actuar especialmente en el medio rural. La mitad de los municipios de esta provincia están considerados ya como ‘desiertos demográficos’, un concepto geográfico que encasilla a aquellos territorios que no llegan a una densidad de 10 habitantes por kilómetro cuadrado. Explicaciones a esta circunstancia hay varias pero entre ellas destacan algunas que son imposibles de modificar como la amplitud territorial de la provincia con una gran parte en la que además se dan adversas condiciones naturales y orográficas. Un vistazo al mapa provincial deja ver que los ‘desiertos demográficos’ se concentran en las comarcas de la Montaña Oriental, La Cabrera, Omaña, Luna, Babia y el sureste de León, además de extenderse a parte de las comarcas de La Cepeda, la Montaña Central, el norte y el extremo occidental del Bierzo, y algunos municipios aislados el Páramo.
En estos territorios es donde azota con más fuerza la despoblación, hasta el punto de que el último medio siglo 122 poblaciones han desaparecido del mapa provincial. De ellos, al contrario de lo que pudiera parecer, muchos eran de tamaño mediano. En el año 1960 sólo había 8 municipios con menos de 500 habitantes y, a principios de este siglo, ya eran 67. Dieciocho años después el número se eleva a 101. Es decir, en la actualidad, los ayuntamientos escasamente poblados han aumentado más de un 1.260 por ciento desde 1960 y un 150 por ciento desde el año 2000, en detrimento de las poblaciones de tamaño medio. En 1960 estaban contabilizados 155 núcleos de entre 1.000 y 5.000 habitantes. Hoy ni siquiera llegan al medio centenar.
En Benavides
Esta diseminación de la población en núcleos extremadamente pequeños ha supuesto un elemento catalizador para la caída en barrena de las estadísticas. Los expertos apuntan que son los núcleos intermedios los que actúan como vertebradores entre el territorio rural y el territorio urbano, y la escasez de este tipo de entidades poblacionales en León ha impedido una correcta organización del espacio ya que estos serían los únicos capaces de frenar, en cierta medida el abandono del medio rural.
Aunque en León hay poblaciones como Castrillo de Cabrera o Boca de Huérgano con menos de 2 habitantes por km2, la densidad en los grandes núcleos como León capital, San Andrés o Ponferrada eleva la media de la densidad provincial y dificulta el acceso a fondos europeos destinados a territorios con una densidad de 12 habitantes por km2. Ello, a pesar de que la tendencia de pérdida poblacional afecta no sólo al territorio provincial en su conjunto, sino también a la capital cuya población también cae en picado desde el año 2000. Consecuencia directa de ello es el envejecimiento y la fuga de talentos y de emprendedores que lastran las posibilidades de crecimientos y que es necesario revertir.