Competencia apoya el cierre de las térmicas de La Robla y Compostilla
Con este informe se cubre el trámite para que el ministerio proceda a la autorización definitiva
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) no ha planteado ninguna observación a las propuestas de cierre de las centrales térmicas de carbón de La Robla, propiedad de Naturgy, y de Compostilla II, en Cubillos del Sil, propiedad de Endesa, con lo que se cubre el trámite para que el Ministerio proceda a la autorización definitiva.
La CNMC analiza en sendos informes, que dio a conocer ayer, las propuestas del Ministerio para la Transición Ecológica para autorizar el cierre de los grupos 3, 4 y 5 de Compostilla II, y de los de grupos 1 y 2 de la central de La Robla.
Para desmantelar una central de generación eléctrica, se requiere una serie de trámites, entre ellos el informe de Red Eléctrica de España (REE) en su calidad de operador del sistema eléctrico, antes de su autorización por el Ministerio cuando, como en este caso, la competencia es de la Administración estatal.
La planta berciana
La CNMC emite, por su parte, un informe preceptivo en el que analiza la propuesta de resolución del Ministerio y puede o no (como ha sido en este caso) realizar observaciones a la misma, mientras que las empresas titulares deben presentar un plan ordenado de cierre y la justificación económica para clausurar una central de generación.
En el caso de Compostilla II, se van a cerrar tres grupos de generación, que suman 1.051,7 megavatios (MW) de potencia instalada, que fueron puestos en marcha en los años 70 y 80.
En 2007 y 2015 ya se autorizó el cierre de otros dos grupos más antiguos de la central, que en el año 2000 inició la co-combustión de carbón con coque de petróleo e incorporó carbones de importación, reduciendo progresivamente el uso de carbón autóctono, cuya calidad ha empeorado en contenido en azufre y cenizas.
Compostilla II, a partir del 1 de julio de 2020, incumplirá los límites legales de emisiones y, por tanto, no podrá seguir en funcionamiento y, para adaptarla técnicamente, se tendrían que realizar fuertes inversiones.
La planta roblana
Como consecuencia de las fuertes restricciones ambientales impuestas, la reducción de márgenes y el aumento de la generación mediante energías renovables, estos grupos de generación han tenido una escasa producción en los últimos años, según confirma el operador del sistema, señala la CNMC en el informe.
El grupo 1 de la central de La Robla, de 264 MW, entró en servicio en 1971 y el grupo 2, de 355 MW, en 1979.
En el periodo 2000-2004, la central operaba, de promedio, 6.450 horas equivalentes a plena carga, pero en los últimos cinco años ha tenido un factor de utilización promedio de sólo 2.780 horas equivalentes.
Ya en 2018 el grupo 2 registró sólo 2.307 horas equivalentes de funcionamiento a plena carga, mientras que el grupo 1 no funcionó ni una sola, registrando la central de La Robla una producción de sólo 819 gigavatios hora (GWh).
De hecho, REE en su análisis ya señaló que el funcionamiento de esta central no se considera necesario para cubrir ninguna contingencia previsible ni en la red de transporte ni en la de distribución.
En España están solicitados los cierres de todas las centrales de carbón que hay, excepto tres: las de Aboño y Soto de la Ribera, en Asturias, propiedad de EDP, y la de Los Barrios, en Cádiz, de Viesgo.