Coag acusa a Azucarera de abonar un 25% menos a los remolacheros que en 2015

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag) ha acusado a la multinacional Azucarera de haber abonado un 25 por ciento menos a los remolacheros por su producto respecto al año 2015 mientras que el consumidor ha pagado un 13 por ciento más por el azúcar.

La OPA basa esta acusación en un estudio comparativo realizado por sus servicios técnicos durante el periodo 2015-2020 sobre la evolución de los precios de venta al público por kilo de azúcar y el precio por tonelada de raíz que reciben los agricultores por la remolacha que entregan en las fábricas de esta empresa en la zona norte (Castilla y León, Rioja, País Vasco y Navarra). Tras recordar que, al margen de Acor, Azucarera Iberia es la única industria que moltura remolacha en España.

Según explica la OPA, en la campaña 2014/15, inmediatamente anterior a la primera del acuerdo marco interprofesional 2015/2020, Azucarera abonó a los cultivadores 37,36 euros por tonelada de remolacha cuando los consumidores pagaban a 0,85 euros por kilo el azúcar extraído de esa misma remolacha.

Azucarera responde a esta acusación que no existe práctica monopolística alguna. Argumenta que en España hay varios operadores que garantizan la plena competencia y Azucarera Iberia cuenta con una cuota de mercado en torno al 26%.

La empresa añade que el precio medio europeo lleva 28 meses consecutivos por debajo del precio de referencia en la Unión Europea y que los datos publicados por el sindicato son selectivos y no representan la situación. La información recopilada por Nielsen confirma que, desde 2015, el precio de venta al público del kilo azúcar ha caído, en general, una media de un 12,3% y esa caída ha sido de un 7,4% en Azucarera.

Azucarera ha abonado en total en esta campaña 19/20 más de 27,1 millones de euros a todos aquellos agricultores que han confiado en la empresa y continuará ayudando a sus remolacheros a conseguir los mejores rendimientos para obtener los mayores beneficios posibles porque la remolacha es un cultivo rentable y con futuro.

La compañía también resalta que su oferta es rentable y además incluye servicios que ayudan a los agricultores a mejorar sus producciones. Por ello argumenta que un número importante de agricultores siguen sembrando remolacha con ellos.

Desde esa campaña los consumidores han visto encarecerse de forma progresiva más de un 13 por ciento el coste de sus compras de azúcar hasta los 0,96 euros por kilos estimados en la campaña 2019/2020. "Sin embargo, y por muy sorprendente que pueda resultar, Azucarera Iberia ha hundido el precio abonado a los remolacheros que le abastecen de remolacha en más de un 25,5 por ciento hasta llegar en la campaña 2019/20 a bajar hasta los 27,80 euros/tonelada percibidos de forma generalizada", aseguran desde Coag.

"Con independencia de la parte de responsabilidad que puedan tener el resto de agentes de la cadena, en un contexto en el que el precio del azúcar pagado por el consumidor no para de crecer, se constata que la multinacional británica no se contentó con el esfuerzo que los remolacheros hicimos asumiendo una bajada del 13 por ciento en el precio de la remolacha para las cinco campañas del AMI, un acto de responsabilidad en beneficio de todo el sector", continúa la OPA.

Coag ha recordado asimismo que la multinacional decidió de forma unilateral "y de forma totalmente injustificada" incumplir el Acuerdo Marco Interprofesional (AMI), "rebajando hasta el 25 por ciento el precio consensuado entre dicha empresa y los remolacheros".

En base al análisis realizado por Coag, el responsable remolacha de esta organización, Fernando García, ha lamentado una vez más que los remolacheros sean "el eslabón más débil, expuesto y penalizado por la cadena de valor que determina el precio final del azúcar al consumidor". "Y ello -continúa García- pese a que hablamos del eslabón que asume los mayores riesgos, por hallarse sometido a la actividad prácticamente monopolística de Azucarera y porque la producción de remolacha es una actividad al aire libre, expuesta a los contratiempos de mayor dificultad de gestión (factores meteorológicos, plagas, enfermedades, volatilidad de insumos, etc.)".

García ha advertido a este respecto de que si la industria se "empecina" en ofrecer unas condiciones que en la mayor parte de los casos "ni siquiera cubren los costes de producción" a pesar de que se sumen las ayudas institucionales al cultivo, está poniendo en riesgo la continuidad de todo el sector remolachero-azucarero nacional.