Coag cree que la cosecha de cereal crecerá un 8% en León
El aumento está lejos del 34% que podría alcanzar la Comunidad
La prospección que Coag Castilla y León acaba de realizar sobre la producción cerealista en la Comunidad para 2020 arroja cifras optimistas aunque en León no lo serán tanto como en el resto de las provincias. El aumento, de hecho, rondará el 8 por ciento frente al 34% estimado de media en Castilla y León. En concreto, calculando un rendimiento de 3.620 toneladas por hectárea en la provincia, la producción de 2020 será de 377.605 toneladas frente a las 349.502 cosechadas de media entre los años 2014 y 2019.
Según todos los indicios la cosecha será de 6,8 millones de toneladas, lo que supone un incremento de un 34 por ciento respecto a la última cosecha de 2019 y de un 20 por ciento, con respecto a la media de los últimos 6 años.
Valladolid, Ávila y Zamora serán las provincias más feraces, pues en ellas se prevén producciones de cereal superiores a un 30 por ciento con respecto a la última campaña; entre un 20 y un 30 por ciento subirá la campaña de Salamanca, mientras que la de Palencia, Soria y Segovia crecerá entre un 10 y un 20 por ciento. En Burgos y León la subida será más moderada, sin sobrepasar el 10 por ciento.
Según reza el informe de Coag «dentro de los últimos 6 años analizados, la cosecha del 2017 no llegó ni siquiera a un 50% de la media y que 2019 fue un año malo, lo que hace descender considerablemente la media autonómica del último sexenio».
PENDIENTES DEL tiempo
Aunque, «si los pronósticos de lluvia dentro de los próximos 10 días se confirman, las precipitaciones son adecuadas, no hacen daño (pedrisco, etc.), y acompañan unas temperaturas que no reviertan en asurados, podemos hablar incluso de mejorar los pronósticos». Todo dependerá del comportamiento climático de las próximas 3 o 4 semanas.
Según el sindicato agrario, los campesinos «temen una campaña de precios bajos porque las expectativas productivas a escala mundial son también muy elevadas». A este respecto, añade, «no podemos olvidar cómo la volatilidad de los mercados, muy influidos por movimientos especulativos, puede convertir una buena cosecha en lo agronómico en una mediocre o mala en lo económico». «Todo ello favorecido además por la ausencia de políticas de mercado y el abandono de mecanismos reguladores impuesto por la Unión Europea», concluye.