Agricultura y ganadería
Las pérdidas del campo leonés por el recorte de la PAC no bajarán de 10 millones al año
El presupuesto se reducirá hasta 2027, pero Asaja no descarta que ya afecte a los pagos directos de este ejercicio
No hay consenso sobre el porcentaje de recorte que sufrirán los fondos de la Política Agraria Común (PAC), pero las pérdidas no bajarán de los 10 millones de euros al año para el campo leonés, que para todo el marco de actuación 2021-2027 supondrá un recorte de 70 millones de euros. Las organizaciones agrarias denuncian que el acuerdo europeo alcanzando el pasado martes para el fondo de recuperación europeo ha tenido como víctima a los sectores agrícola y ganadero y al desarrollo rural. Las estimaciones más pesimistas hablan de un recorte del 19,7 por ciento en este último capítulo, que se dedica a financiar infraestructuras agrarias, políticas de rejuvenecimiento del campo, la incorporación de la mujer o mejora de la competitividad, entre otras facetas relacionadas con el mundo rural.
Los agricultores y ganaderos leoneses reciben una media de de 140 millones de euros al año por las ayudas europeas, tanto en pagos correspondientes a los fondos del Feaga (102 millones de euros), como en lo que respecta a los fondos Feader, que suponen otros 40 millones de euros. Los perceptores rondan los 12.000 beneficiarios, que reciben una media de 11.000 euros al año en ayudas europeas.
El recorte que viene se produce además en un momento crítico para el sector que deberá afrontar cambios estructurales para seguir siendo competitivo en el marco de una economía sostenible que apuesta por la producción ‘verde’. De ahí la perplejidad y el enfado del sector, que acusa a los gobiernos europeos de vender humo con la política verde que después tienen que financiar los profesionales agrarios.
Asaja asegura que el recorte «estrangulará un poco más» a un sector que arrastra ya enormes problemas de rentabilidad, y que solo hace unos meses, antes de la irrupción de la pandemia, «ocupaba calles y carreteras para reclamar por su futuro y dignidad».
Según su interpretación, el recorte del 10 por ciento de las ayudas PAC supondrá un ajuste del 9,6 por ciento para las ayudas directas, y en las líneas de desarrollo rural será del 11,2 por ciento.
En cualquier caso, calcula que la renta agraria se reducirá un 4 por ciento, y que esta reducción de fondos podría entrar en vigor en las ayudas directas de este mismo año, «puesto que se financiarán con cargo al nuevo y revisado a la baja presupuesto europeo».
Por su parte, Coag estima el acuerdo «es una traición al sector agrario, ese sector esencial y estratégico que ahora vuelven a dejar abandonado a su suerte, al que imponen más requisitos y costes para producir y le dan menos recursos para ello».
El sindicato añade que, además, las autoridades no se atreven «a poner coto a la especulación en la cadena alimentaria que nos condena a vender a precios de miseria», señala a través de un comunicado.
La visión pesimista se extiende a UCCL y para las Cooperativas Agroalimentarias, que creen que el sector, a la luz de estas cifras, está abocado a perder competitividad, y más cuando se fomenta el libre mercado con países no europeos.
Quien no lo ve mal es el ministro de Agricultura, Luis Planas, quien considera la noticia «excelente» para el campo y asegura que «el objetivo era lograr un apoyo a nuestros agricultores y ganaderos y que fuera un elemento fundamental para afrontar los grandes retos» y el que el Gobierno ha conseguido que estén disponibles 47.500 millones de euros para los próximos siete años a través de ayudas directas y medidas de mercado.