La caza queda en tablas en Picos

A partir de hoy ya no se oirán más tiros de cazadores en el Parque Nacional de Picos de Europa. Tampoco se verán los coches de los cazadores por Oseja de Sajambre o Posada de Valdeón, ni se notará su presencia en los bares y restaurantes de la zona. Hoy entra en vigor la nueva Ley de Parques Nacionales de 2014, que después de una moratoria de seis años, prohibe taxativamente la caza deportiva en toda la red. Oseja de Sajambre acogió ayer la última cacería en la vertiente leonesa del parque, donde 28 cazadores contrataron una batida de jabalíes, que finalmente se cerró sin ninguna pieza abatida, ya que las condiciones meteorológicas no eran las óptimas para cazar.

La tristeza se notaba en sus caras, no por marcharse con las manos vacías, sino porque eran conscientes de que era la última vez que pisaban como cazadores lo que para ellos un enclave único para disfrutar de su gran pasión.

Ultimando la documentación necesaria antes de adentrase en el parque nacional. FERNANDO OTERO

«Realmente esto no debería ser así, no se debería prohibir la caza en los parques nacionales», asegura el alcalde de Oseja de Sajambre, Antonio Mendoza. «Nadie nos ha explicado porqué la caza no se puede explotar de forma comercial y el resto de los recursos sí», lamenta. Mendoza confirma que sin la caza, Valdeón y Sajambre pierden uno de sus principales recursos económicos. «Solo la cacería de ayer dejó más de tres mil euros, entre permisos, alquiler de perros y avituallamiento, a ver que recurso deja este dinero en un pueblo en solo una jornada». Mendoza todavía recuerda cuando el año pasado un cazador madrileño pagó 9.500 euros por cazar un rebeco, que fue considerado como el quinto mejor trofeo del mundo en su categoría. «Lo hizo de un sólo disparo», apunta.

El alcalde de Sajambre defiende que la caza en Picos de Europa es una actividad ancestral que siempre se ha desarrollado con la máxima responsabilidad. «No entiendo que se elimine así de un plumazo porque a una parte de la sociedad no le guste», afirma.

A esta tristeza por perder este importante recurso para la zona se suma la incertidumbre por las compensaciones que deberá pagarles el Estado por dejar la actividad. «Ni siquiera nos han convocado para empezar a negociar», asegura el alcalde de Posada de Valdeón, Tomás Alonso.

«Deberían replantearse la prohibición, porque a parte de que es un recurso muy importante para los ayuntamientos y para las juntas vecinales, se van a seguir haciendo controles poblacionales, que encima los vamos a tener que hacer nosotros, y llegará el día que tengamos que contratar a gente externa para los hagan lo que encima nos costará dinero», lamenta Alonso. «Eso, o nos come la fauna, porque el jabalí es una auténtica plaga nacional que provoca numerosos daños y accidentes de tráfico», afirma.

Antonio Mendoza asegura que los dos ayuntamientos afectados han encargado un nuevo estudio para calcular los ingresos que dejarán de percibir por la caza, de cara a iniciar la negociación. «Es mucho dinero el que vamos a perder en concepto de derechos de caza, subastas, restaurantes, gasolineras....el Estado nos deberá compensar todo eso, a ver en qué queda», concluye.

FERNANDO OTERO