EL DETALLE
Una dimisión obligada
Las declaraciones de Nevenka Fernández y su familia advirtiendo de que temen por su seguridad después de que la Justicia condenara por acoso sexual a Ismael Álvarez es el claro exponente de que algo no funciona en el sistema democr tico de Ponferrada. Álvarez ha dimitido forzado por su partido, que le ha arropado después de ser condenado por un delito repugnante. Que se vaya de la política no dice nada en su favor: es lo mínimo que tenía que hacer tras el daño que ha hecho a la imagen de la política leonesa y de que esta condena haya puesto en entredicho su talante moral.