PEDRO ANDRÉS PELUQUERO DE CABALLEROS «Tanto en el pelo como en los zapatos, la gente siempre intenta llevarlos bien a actos relevantes»
«En la peluquería lo fundamental siguen siendo las manos»
En agosto cumplirá 21 años entre tijeras y peines. Y es que fue en el servicio militar donde empezó a dar lo
-Para ser peluquero, ¿se necesita mucha imaginación? -En el caso de la peluquería de caballeros no hace falta mucha, siempre, claro está, dependiendo del tipo de cliente. Lo que está claro es que cuando trabajar con hombres las innovaciones son menores, en cierta medida porqué en la peluquería de caballeros lo que prima es lo clásico. Los únicos que trompen en cierta medida esta regla son los jóvenes a los que les gusta ir a la última y probar los peinados que ven en la tele a los famosos y en menor medida a sus amigos. -¿Se deja el cliente aconsejar o acude a usted con una idea predeterminada? -La mayor parte de las veces viene con una idea fija. Además, como la mayor parte son clientes fijos, sé lo que tengo que hacer sin que me lo pida. Manda la estética -¿Sigue siendo el pelo tan importante en la estética de las personas? -No hay duda que sí, aunque en el caso de las mujeres sea un poco más notorio. También la gente joven dota de mucha importancia a este apartado y es en ellos donde más se nota un cambio de peinado, aunque sólo sea pasarle la raya de la derecha a la izquierda. De hecho, tanto en el pelo como en los zapatos, la gente siempre intenta llevarlos bien a cualquier fiesta o acontecimiento importante que se precie. -¿Ha cambiado mucho el mundo de la peluquería desde que usted comenzó? -En el fondo no, aunque sí en las formas. Ahora, aunque el fin sea el mismo, tienes otros medios que te ayudan en tu trabajo, eso sí, en la peluquería lo fundamental sigue siendo manual. -¿Qué tipo de cliente acude más a su peluquería? -Los hay de todas las edades y condición aunque la gente joven cada vez acude con mayor frecuencia porqué le gusta estar siempre a la moda y ésta cambia a un ritmo frenético. -¿Tiene futuro este sector en Astorga? -Sí, aunque más en un segmento como el de las peluquerías de señoras que en otro como es en el que yo trabajo, el de los caballeros. Hace treinta años en Astorga existían 19 barberías o peluquerías de caballeros y apenas cuatro de señoras. Ahora todo es distinto y apenas quedamos dos de caballeros mientras que las de señoras son numerosas. Diferente panorama -¿A qué cree que se debe? -En parte a que en las academias se centran más en la enseñanza de peluqueros de señoras y también en que antes uno empezaba de aprendiz de peluquero mientras que ahora un aprendiz te cuesta como un oficial y eso, algunos establecimientos, no se lo pueden permitir por su alto coste. Y eso lleva a que la gente se dedique a las peluquerías de señoras o unisex. Con todo, creo que la peluquería seguirá existiendo siempre, sea de una forma u otra. -El estar contínuamente en contacto con la gente, ¿supone un reto añadido? -Creo que muchas dosis de psicología. Cada día acuden a tu establecimiento personas muy diferentes y con estilos particulares, y a todas debes tratar de la mejor forma posible. Como todo negocio de cara al público hay que tener en cuenta que el cliente tiene siempre la razón. También que cada uno tiene su carácter y a todos hay que comprender. Con todo, no puedo quejarme ya que la clientela que tengo es excepcional. De eso estoy orgulloso.