Una nueva cara para la iglesia

A finales de este mes de junio finalizarán las obras de restauración de la iglesia de Santa Bárbara de Villablino que se iniciaron hace unas semanas y están presupuestadas en 109.000 euros (unos 18 millones de pesetas). Las obras, que no han impedido la celebración de los actos litúrgicos, contemplan el picado de todo el mortero existente en las fachadas y en la torre del templo. Después se van a revestirlas de cotegran aburjatado, así como la renovación de las puertas de acceso y de la instalación eléctrica y la potencia de la misma de 125 a 220 voltios. Para llevar a cabo la rehabilitación los párrocos de la iglesia han solicitado un crédito a Caja España, que ha sido avalado por el Obispado de León. Además han enviado una carta a todos los feligreses en la que requieren su colaboración, por lo que las personas interesadas pueden ingresar su donativo en las cuentas que se han abierto o directamente en la parroquia. El paso del tiempo y las inclemencias metereológicas de la zona han provocado humedades en el interior de la parroquia como consecuencia del deterioro de las fachadas que no se han restaurado. Desde octubre de 1958, año de inauguración de la iglesia, se han realizado diversas reformas en el templo como el cambio de techumbre en dos ocasiones, la reparación del campanario, la renovación de los bancos y el pulido del suelo. A finales del año 2000 una docena de prejubilados mineros decidieron regalar una parte de su tiempo libre a los feligreses de la parroquia y pulieron el piso de madera del interior. Con motivo de la reforma se aprovechó la ocasión para cambiar todos los bancos de la iglesia, colocando un total de 50 escaños nuevos con capacidad para 450 personas. El exterior del santuario también fue objeto de reparación al reformar todo el tejado de la casa parroquial, la cubierta del templo y el campanario. Más funerales que bautizos La iglesia de Santa Bárbara de Villablino cuenta con 6.800 feligreses y está atendida por los párrocos Ovidio, Amado, y Juan Jesús que también es el responsable de las parroquias de San Miguel, Orallo y Vivero de Omaña. Como consecuencia de las prejubilaciones de la minería y la despoblación «el número de bautizos y de niños que reciben la primera comunión ha descendido, manteniéndose el de las bodas, y por primera vez en la historia, el pasado año se celebraron más funerales, 34, que bautizos, 20», según señaló don Ovidio. Además de la celebración de actos litúrgicos, la parroquia lleva a cabo otras actividades como la catequesis de todos los niveles, desde segundo de primaria hasta segundo de la ESO, y el grupo de jóvenes del club juvenil «La Huella». La parroquia constituyó la asociación juvenil «La Huella» en 1985 ante la necesidad que existía de acompañar a los adolescentes y jóvenes en el crecimiento y educación de su fe, y con el fin de formarlos humana y cristianamente ofreciéndoles a la vez una alternativa de diversión y de ocio y tiempo libre. El club que cuenta con casi un centenar de jóvenes con edades comprendidas entre 14 y 20 años, es coordinado por 4 monitores, entre los que se encuentran el sacerdote Juan Jesús Fernández y una religiosa de las Siervas de San José, que son los responsables de organizar las diferentes actividades y acompañar a los miembros del club en la realización de éstas.