Coral Órbigo

Si cierro los ojos y me concentro, puedo escuchar el primer concierto que oí a la Coral Órbigo. Ya entonces, cuando daban sus primeros tonos en pañales, se nos erizaba el vello a los oyentes. Aquellos primeros tonos, iban impregnados de ilusión y entrega más que de conocimiento y formación. Andando el tiempo el sacrificio y el tesón que ha caracterizado siempre a sus componentes van dando sus frutos. Año tras año, hemos visto la creciente ascensión de sabiduría y buen hacer. El camino hasta estos diez años de vida de la Coral Órbigo, formada por cantores de Veguellina de Órbigo y pueblos colindantes, pues como todos los caminos ha tenido alguna piedra que esquivar, pero la buena voluntad de la mayoría y el esfuerzo de todos, han logrado que lleguen hasta aquí con un peso y unos conocimientos ya reconocidos en el ámbito de las demás corales de nuestro país. En su largo recorrido por estos diez años, hay que reconocer sobre todo el enorme empeño que le han puesto todos sus componentes, porque una cosa es formar una coral con gente que sepa solfeo y tenga idea de interpretar música, y otra muy diferente, llegar a donde han llegado todos y cada uno de los componentes de la Coral Órbigo responsabilizándose del aprendizaje de la música para aprender a interpretar solfeo y saber traducir una partitura. Esta labor es muy meritoria y les hace dignos de abanderar el apellido de gran parte de nuestros pueblos. Es un orgullo, que la Coral Órbigo, lleve nuestros pueblos reconocimiento nacional aunque de seguir así esta zona, puede que lo que nos quede a todos los habitantes es especializarnos en el canto gregoriano para ver si así alguna gran discográfica se fija en nosotros e implanta nuevos puestos de trabajo y genera riqueza ¡menudos estudios discográficos se podrían habilitar en el todavía erguido esqueleto de nuestra Azucarera! Volviendo al tema que nos ocupa, decir que el pasado domingo 26 de mayo fue un gran día de convivencia para todos. Ya que después de escuchar una misa cantada por la Coral Órbigo, que nos deleitó con un repertorio y sus voces exquisitas (escuchar una misa cantada por la Coral Órbigo, es acercarse a Dios; a buen seguro que Dios anduvo muy atento el pasado domingo a este trocín de tierra llamada Veguellina de Órbigo), pudimos contemplar los bailes de La Barbacana, para culminar la celebración con una paella que quitaba el hipo, el hambre y el sentido. Luego vino la alegría que se merecían estos diez años. La Coral Órbigo, tiene un extenso programa y cuenta con invitados de lujo como la orquesta sinfónica Odón Alonso de la ciudad de León, la cual ofrecerá un concierto en el último trimestre de este año en la parroquia del Carmen.