El primer cántico del padre Paulino

Ahora ya son tres los sacerdotes en activo, que han recibido el primer sacramento en la pila bautismal de la iglesia Santa Bárbara. La jornada festiva se inició a las 11:30 horas, con un paseo por las calles de Villablino del nuevo presbítero, a bordo de una calesa en la que compartía asiento con su padre. Detrás del carruaje, caminaba un séquito formado por sus familiares, y los integrantes del grupo de bailes regionales «Tsaciana», que amenizaron el paseo por el pueblo con sones de acordeón, pandereta y canciones tradicionales, hasta la puerta del renovado templo. En el interior del santuario, más de un millar de personas se agolpaban en las bancadas y pasillos, esperando el inicio de una celebración religiosa que no se repetía desde hacía 13 años, con la entonces presentación como presbítero de Juan Carlos Fernández Menes. De hecho muchos de los asistentes, presenciaron por primera vez el domingo, una conmemoración de este tipo. El acto propiamente religioso se inició con la procesión de 24 sacerdotes por el pasillo del templo, acompañando al cantamisano hasta el altar mayor, donde el propio Paulino González se encargó de entonar la eucaristía, apoyado por las voces de los dos Coros de Santa Bárbara. El párroco de la localidad Ovidio Alvarez, aprovechó la homilía para resumir la trayectoria del nuevo sacerdote dentro de la comunidad cristiana, y animó a los jóvenes del valle a seguir su camino e inclinarse por la dedicación pastoral. Uno de los momentos mas emotivos del acto tuvo lugar durante la celebración del ofertorio, en el que familiares, amigos y vecinos, fueron entregándole objetos al flamante clérigo, como su partida de bautismo, los primeros libros, algunos regalos, y flores por parte de los niños. El grupo «Tsaciana» culminó este momento con el baile de La Garrucha, y al final el propio cantamisano se encargó de «abrochar» convenientemente la ceremonia, con una acción de gracias en la que no se olvidó de familiares, amigos, profesores, sacerdotes y feligreses en general. Esta celebración permitió a muchos lacianiegos presenciar por primera vez la celebración de un cantamisas, ya que se trata de la cuarta misa solemne celebrada en la iglesia Santa Bárbara desde su fundación por un sacerdote de la parroquia, y la primera desde que hace 13 años otro clérigo de Villablino cantó misa por primera vez delante de sus vecinos. El próximo domingo, el otro presbítero ordenado por el obispo leonés junto a Paulino González, el ya sacerdote Roberto Da Silva, hijo de emigrantes portugueses, y que no faltó el domingo a la cita de Villablino, protagonizará otro acto similar en la iglesia de Olleros de Sabero. Los dos proceden de cuencas mineras, y ambos fueron compañeros de promoción en el Seminario Mayor de León. En el caso de Paulino González, se decidió a cambiar su destino para realizar estudios eclesiásticos después de haberse licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, y cuando cursaba segundo año de Derecho, además de haber aprobado unas oposiciones a banca. A partir de ahora permanecerá colaborando con los sacerdotes de la parroquia de Villablino hasta el nombramiento de la parroquia que le designe el obispo de León, monseñor Julián López, previsiblemente para el mes de septiembre. Actualmente es el tercer sacerdote natural de Villablino de la diócesis en activo, y su cantamisas ha supuesto la celebración del tercer acontecimiento importante del año para los integrantes de la amplia, y cada año más unida, comunidad cristiana de la comarca lacianiega, que ya tuvieron ocasión de participar recientemente en las bodas de oro de los curas Amado y Vitoriano.