QUÉ ES Y CÓMO ACTÚA
Las meninges. Las estructuras del sistema nervioso, cerebro y médula espinal están recubiertas por unas membranas fibrosas que se denominan meninges. Además de contribuir al metabolismo del sistema nervioso, cumplen la función esencial de defensa del mismo: son las barreras contra tóxicos y gérmenes. Contagio. Es fácil: a través de la propia expiración respiratoria del infectado e inhalación del germen por el contagiado. Aunque este último debe presentar sensibilidad al mismo, especialmente tener las defensas inmunológicas bajas. Aunque no debe crear alarma, porque hay innumerables «portadores sanos» que nunca va a padecer la enfermedad y portan el germen en la nasofaringe. Además las posibilidades de contagio son «bajas», se asegura. La meningitis. Cuando se ven superadas las defensas de las meninges, se produce la meningitis, un término que engloba a todas las enfermedades inflamatorias de las meninges, con independencia de la causa. Se tiende a identificar este término con la temida meningitis infecciosa o bacteriana. Síntomas. La inflamación de las meninges provoca lo que se denomina síndrome meníngeo. Se manifiesta en intensos dolores de cabeza, rigidez de la nuca y una serie de signos que el médico explora. Además se pueden combinar con vómitos, convulsiones, fotofobia, obnubilación, o estados comatosos. En la meningitis bacteriana se da conjuntamente el síndrome anterior y un proceso infecciosos que conlleva fiebre elevada, debilidad muscular y sudoración. En ocasiones difieren poco de una infección aguda cualquiera (fiebre y malestar, como en el caso de la peregrina gaditana tratado en el ambulatorio astorgano). Peor enseguida aparecen los síntomas anteriores. Vienen acompañados de nauseas, vómitos, escalofríos, sudoración profusa, debilidad muscular y fotofobia, según una consulta realizada por este periódico a través de Internet. Estacional. La enfermedad es de carácter endémico-epidémico. Hay casos en todas las épocas del año, pero en algunas el número aumenta, aunque lo debe hacer de forma considerable para hablar de epidemia. En España hay un patrón: la incidencia es mayor en invierno y al principio de la primavera, y menor en verano y otoño. La causa podría estar en que en las épocas más frías se vive más en recintos cerrados, facilitándose el contagio. Es similar al patrón de la gripe, por lo que es fácil confundir los síntomas iniciales. Vacunación. Es la medida más eficaz. Existen dos vacunas para adultos y una para niños.