La UE aprueba la entrada en vigor del reglamento de ayudas al carbón

La decisión se tomó por «procedimiento escrito», formalizando así el acuerdo logrado el pasado 7 de junio por los ministros de Energía de los Quince, y con la abstención de Dinamarca y Suecia, informa Europa Press. Durante las discusiones sobre el nuevo régimen, varios países reclamaron más firmeza en la reducción progresiva de las ayudas. Actualmente, sólo España, Alemania, Reino Unido y Francia producen carbón en la Uunión Europea. El nuevo régimen permite seguir otorgando hasta 2010 las ayudas a la seguridad del suministro y a la cobertura de costes excepcionales, y hasta 2007 las destinadas a cierre de explotaciones y reducción de la actividad. En 2008 se evaluará el sistema para determinar la nueva política más allá de 2010. Además, el sistema pretende animar a los países a «trasladar los fondos en beneficio de otras fuentes de energía» y a continuar con los esfuerzos de restructuración y reducción de la actividad de la industria «teniendo en cuenta también consideraciones sociales y regionales». Tras el acuerdo alcanzado en junio, la comisaria europea de Transportes y Energía, Loyola de Palacio, saludó un compromiso que «permitirá asegurar en las mejores condiciones una reestructuración contínua y gradual del sector, que representa todavía un gran número de empleos en Europa»; unos 84.000. La entrada en vigor del reglamento del carbón supone un balón de oxígeno para las cuencas mineras. De no haber salido adelante durante las negociaciones, el cierre de las explotaciones carboneras españolas hubiera sido inevitable, al no poder competir en el mercado -debido a los más altos costes de producción fundamentalmente- con los precios más bajos del importado de fuera de Europa. Cierres hasta el 2007 Aunque el reglamento supone un apoyo y la supervivencia del sector carbonero también tiene sus partes negativas. Las ayudas a la producción deberán seguir mermándose progresivamente y, lo peor, el gobierno español deberá elaborar antes de que finalice el presente año un plan que incluya qué minas formarán parte del cupo de la reserva estratégica española y cuál será su cuantía de producción. Serán las más retnables y de menores costes. Y al mismo tiempo, deberá enviar a Bruselas un plan de previsiones de cierres -voluntarios o por criterios de mayores costes- de las unidades de producción que deberán incluirse en un plan de cierre que no puede superar el 31 de diciembre del 2007. Estas recibirán compensaciones económicas. A partir de ahora se iniciará un proceso de reflejo en la legislación española de la nueva normativa europea. Es previsible que sindicatos, patronal y Gobierno deban renegociar y variar aspectos del Plan del carbón (1998-2005) que deben ser cambiados y la trasposición y aplicación de las medidas que impone el reglamento: razones sociales y regionales, fijación de la reserva estratégica en cuatía y minas y concreción de unidades de producción que cerrarán.