El 71% de los sistemas de riego dejan perderse la mitad del agua
El 71% del riego en Castilla y León se realiza con técnicas de gravedad (a manta o por inundación, básicamente dejando correr el agua por la tierra), a pesar de que estos sistemas implican pérdidas de agua de cerca del 50%, según los datos de Asaja. Otro dato de la última encuesta de uso de agua en la agricultura, que data de 1999, es el riego por cultivos en Castilla y León. El maíz es el que demanda más agua (aproximadamente el 42% del total), seguido por los herbáceos (23%), de las patatas y hortalizas (nueve por ciento), la remolacha (4,9%) y los frutales (4,7%). En total y según los datos de Asaja, la agricultura de la comunidad demanda cerca de 2.000 millones de metros cúbicos de agua, lo que se corresponde con el once por ciento del consumo nacional. Lenta modernización Por otro lado, esta organización profesional agraria denuncia que en Castilla y León el avance de sistemas de riego más modernos y eficaces «es muy lento». Así, la aspersión -utilizada principalmente en cultivos como la remolacha, pero también en la patata o el cereal- supone sólo el 16,53% de lo regado, y el goteo -sistema adoptado en algunos viñedos, frutales y remolacha- apenas supone el 0,25%. Según está previsto, antes del año 2008 deberían haberse invertido en la Región 1.056 millones de euros (175.784 millones de pesetas) en un total de 242.457 hectáreas, bien a través de la consolidación y mejora de regadíos (192.502 hectáreas), bien para la creación de otros nuevos (49.955 hectáreas). De este modo, quedarían pendientes otras 255.847 hectáreas a desarrollar después del año 2008. «La creación de nuevos regadíos, que afectaría a las provincias de Ávila, León, Salamanca y Zamora, es vital para nuestra comunidad, donde el porcentaje de superficie regable es tan sólo del once por ciento, muy por debajo de otras comunidades típicamente agrarias y con la misma o incluso menor disponibilidad de agua, como La Mancha, Aragón o Andalucía», señalan fuentes de Asaja. En la última década estudiada, 1989-1999, en Castilla y León sólo creció un 32,04% la superficie de regadíos, cuando la media española se situó en un 61,91%. Finalmente, esta organización denuncia la falta de rigor en la política de desembalses, «que frecuentemente priman los aprovechamientos energéticos sobre los agrarios». Para Asaja, esta falta de previsión se comprueba en años como éste, donde según Asaja hay restricciones de riego que podrían haberse evitado con una mejor planificación.