MANUEL ORTEGA ENTRENADOR NACIONAL Y DIRECTOR DEL GIMNASIO OKINAWA
«El kárate requiere de sacrificio, disciplina y altas dosis de humildad»
Su pasión por este deporte le llevó a hacer auténticos sacrificios económicos para poder entrenarse. Desde el año 1998 dirige el Gimnasio Okinawa y su mano se ha dejado notar en n
-¿Llega a ser tanta la afición a un deporte que lleva a realizar bastantes sacrificios? -En mi caso sí. De entrada, el kárate siempre me ha gustado, aunque en los años setenta no disponía de dinero para pagar al gimnasio. Pero yo nunca me desanimé y a través de un cuñado conocí a una persona que podía darme clases. No tenía sitio y decidí alquilar el gimnasio del Pabellón unas horas a la semana con el poco dinero de que disponía. Así hasta que mis padres decidieron que ese deporte que en un primer momento no me dejaron practicar al creer que era violento era mi pasión. -¿Ha cambiado mucho el kárate desde aquellos años? -Bastante. Por aquel entonces los conocimientos que se tenían en España eran bastante rudimentarios. Se conocía poco su dinámica. En mi caso yo tenía un maestro con muchas inquietudes que como pudo fue cambiando esa mentalidad por la que realmente es la válida. Ahora, gracias en gran medida a él, España puede decirse que está entre los países de primer nivel. -Y la gente que lo práctica. El nivel de los karatecas españoles es sobresaliente, siempre hablando de competición. Somos una de las primeras potencias mundiales. Respecto a la aceptación de este deporte en la sociedad, no pasamos por nuestros mejores años, los que fueron precisamente del 78 al 92. Eso se debe a que ahora existen más actividades en los gimnasios y eso provoca dispersión. También ha influido un poco la dejadez en su promoción. -¿Qué es lo que aporta la práctica de este deporte? -Lo más importante es la formación de la persona. Pero el kárate también aporta salud física, compañerismo, valores de amistad y respeto a los demás. Para un buen maestro de kárate lo más importante es formar al alumno. Vale más tener un buen alumno como persona que un campeón deportivo. -Siempre se ha relacionado a este deporte con la disciplina, ¿es tan importante? -La capacidad de concentración y el sacrificio son fundamentales. El kárate, por mucho que se asocie a peleas es todo lo contrario, es una forma de autodefensa y prueba de ello es que todas las katas empiezan por la defensa. En este deporte, el que quiera aprenderlo para ir pegándose por la calle, lo tiene mal. -¿Qué le llevó a enseñar en Astorga? -En cierto modo, la casualidad. Fue a través de un compañero que me animó. Él lo iba a dejar y a mí, que me gusta mucho la docencia, me parecía una buena idea. Y si he de ser sincero, no me arrepiento de haber tomado esa decisión. He encontrado a una gente estupenda. Lo mejor no son las instalaciones y el número de alumnos que pudiera tener si no el trato con la gente. Ellos me han apoyado mucho, tanto mi maestro como los alumnos de León y Astorga, sin olvidarse del Ayuntamiento y su concejalía de Deportes. -¿Como encontró el nivel del kárate en la ciudad? -Siendo realista, bastante bajo, en cierta medida porqué no se trabajaba a fondo. Poco a poco se ha ido subiendo el nivel aumentando la dedicación y el trabajo. Los frutos están ahí con gente como María Sánchez y Ángel Huerga que han sido subcampeones autonómicos en sus categorías y con otros triunfos de primer nivel. Es sólo el inicio de algo que debe ir a más. -¿Qué cuesta más, enseñar a niños o a mayores? -Sin lugar a dudas a los niños, aunque son ellos los que pueden llegar más lejos.