Los guardias civiles no disfrutarán de permisos hasta la caza del bandolero

Estas fuentes aseguran que con poner dos puestos de vigilancia en dos zonas determinadas de la montaña con tres personas, «se le habría encontrado en unas horas». Sin embargo, la Guardia Civil desplegó diversos controles de carretera en toda la comarca de Omaña y trasladó un helicóptero a la zona, con lo que el bandolero pudo percatarse de que lo estaban buscando. La Guardia Civil maneja ahora dos hipótesis; o el bandolero ha huido de la comarca, o se encuentra escondido, bien en uno de los tres pueblos abandonados de la zona o en alguno de los más de 20 refugios de montaña que se encuentran en los alrededores de Omaña. Sea como fuere, la Guardia Civil conserva ya pocas expectativas de encontrarlo, ya que muchos de sus efectivos no conocen el monte, y en el Seprona de Villablino sólo hay en estos momentos una persona operativa. Pero, pese a que los propios guardias civiles desconfíen de encontrar al bandolero, los efectivos de Villablino no tendrán permisos hasta su captura. Además, tampoco saben si podrán disfrutar de sus vacaciones. Algunos, incluso, han llegado a realizar jornadas laborales superiores a las 16 horas. La orden impuesta por el capitán del cuartel de Villablino referida a «necesidades de servicio» se mantiene sine die. Así, parece que mientras el bandolero continúe en libertad, los guardias civiles seguirán trabajando sin descanso. Fuentes del cuerpo han apuntado que un capitán de cuartel no está capacitado para suprimir todos los descansos y permisos de sus efectivos. Para una decisión de este tipo, parece ser necesario una orden de la Jefatura de la Guardia Civil en Madrid, y sólo se suele producir en ocasiones muy puntuales, tales como una huelga general o una reunión de jefes de Estado. Sin noticias de S.C.C. Por su parte, el bandolero de Omaña, que responde a las iniciales S.C.C., no parece dar señales de vida. «Lo más seguro es que ya no lo encuentren», apuntan fuentes de la investigación. Desde sus últimas actuaciones en la zona de Valdesamario hace dos semanas, el ladrón natural de Castrillo de la Cabrera se ha tomado un descanso. Después de cometer decenas de robos por toda la comarca de Omaña descendiendo por las laderas de los montes cuando los domicilios se encontraban deshabitados, la Guardia Civil ha perdido la pista de este hombre de 56 años, pelo largo y barba poblada, mochila a la espalda, prismáticos al cuello y una mano con sólo tres dedos. Este bandolero, que pasó tres años en prisión por una ola de robos similar que llevó a cabo en la ribera del Órbigo, y que se fugó de la cárcel aprovechando un permiso penitenciario se ha esfumado entre la accidentada orografía omañesa. La Guardia Civil de Villablino mantiene el dispositivo de búsqueda, apoyados por efectivos del cuartel de La Magdalena.