VILLARROAÑE
Un pastor que abandonó a su rebaño lo recoge y entierra a las siete ovejas que dejó morir de hambre
Un pastor de Villarroañe que hace un mes abandonó su rebaño de ovejas dejando morir de hambre a siete de ellas ha regresado para recoger a los animales que aún vivían. Los cadáveres de los siete animales, que desde hace días desprendían un pútreo olor por todo el pueblo, han sido enterrados por el propio pastor en las inmediaciones de la localidad. El regreso del pastor ha puesto fin a un conflicto que desde hace años le enfrenta con el resto de los vecinos de esta pequeña localidad. Según ha podido saber este periódico, la explotación del propietario de las ovejas apenas respetaba los mínimos requisitos de salubridad exigibles, por lo que los vecinos recurrieron al Ayuntamiento de Villaturiel, al que pertenece Villarroañe. Los vecinos han denunciado que la explotación ovina suponía un gran foco de infección, situación agravada por la permanencia en ella de los cadáveres de las ovejas durante varios días. Las altas temperaturas de agosto y la proximidad del colector de agua de la nave al pueblo se convierten, según los vecinos, en circunstancias agravantes de la situación. Problemática social El pastor llegó hace seis años a vivir al pueblo, al contraer matrimonio con una vecina de Villarroañe. Ahora ha retirado el ganado de la explotación tras las reiteradas quejas de los vecinos. Los lugareños llevaban seis años sufriendo las consecuencias de la presunta dejadez del pastor que-según atestiguan algunos vecinos-, no atendía a su rebaño correctamente, de modo que las ovejas buscaban en el pueblo el alimento que su dueño no les facilitaba. Asimismo, los vecinos han denunciado el ruido «insoportable» de los balidos procedentes de las ovejas. El alcalde de Villaturiel, Valentín Martínez, aseguró que «el problema va incluso más allá de las molestias que el pastor pudiera ocasionar a los vecinos. La problemática que nos ocupa es más de carácter social que de otra cosa».