Los participantes llevan a cabo un minucioso trabajo en los cantaderos
El grupo de voluntarios de Seo-Bird Life presentes durante esta semana en el valle de Valdeón con motivo del proyecto «Conocimiento y mejora del hábitat del urogallo», no se ha dedicado solamente a recorrer varias zonas a pie para reconocer el entorno donde habitan algunos de los últimos urogallos cantábricos. Además, armados de hoces, serrotes, tijeras de podar y herramientas por el estilo, han realizado desbroces selectivos sobre la capa de escobas y brezos de un antiguo cantadero, cercano a Santa Marina y ahora abandonado por los urogallos, dejando al descubierto las arandaneras que, ahogadas bajo estos matorrales, no podían proporcionar ningún alimento al ave más emblemática de nuestras montañas. En total han sido, según el responsable de Seo-Bird Life en Cantabria y coordinador de la actividad, Felipe González Sánchez, cerca de treinta clareos selectivos de unos cincuenta metros cuadrados cada uno, en lugares cercanos al bosque arbolado, la zona más apetecida por los urogallos. La trascendencia y efectividad de la actuación no podrá evaluarse hasta pasado un tiempo, pero la minuciosidad de un desbroce tan selectivo y la dedicación demostrada, convierte a estos voluntarios en unos verdaderos «joyeros del urogallo».